Los festejos comenzaron con el año. Ayer fue la fiesta mediática con Soledad Pastorutti, El Bahiano y El choque urbano. Y el próximo martes tendrá lugar en Buenos Aires el Encuentro Latinoamericano de TV Pública. Pero realmente es mañana cuando la televisión argentina cumple 60 años de transmisiones continuas. Si bien un mes antes habían comenzado con las pruebas y el 4 de noviembre oficializó su existencia con tres horas diarias de programación; fue el 17 de octubre de 1951 cuando LR3 Radio Belgrano Televisión (luego Canal 7) realizó la primera transmisión en vivo: el Día de la Lealtad, desde la porteña Plaza de Mayo, con discursos de Eva y Juan Domingo Perón.
Esa fecha había sido acordada entre el gobierno de Perón y el empresario radiofónico Jaime Yankelevich (propietario de Radio Belgrano y quien trajo los equipos desde Estados Unidos, con la venia oficial) para dar comienzo a lo que sería el nuevo fenómeno comunicacional, apenas 5 años después del nacimiento de la TV en el país del Norte.
Aunque hay datos encontrados sobre a qué hora comenzó la transmisión (algunos dicen que a las 9, con una previa; otros que sobre las 15, con la imagen de Eva), se cuenta que dos cámaras instaladas en los edificios de los bancos Nación e Hipotecario transmitieron los rostros, las voces y los sonidos de la Plaza de Mayo, de un modo que parecía milagroso. Como por entonces eran muy pocos los que habían accedido a un televisor (considerado un objeto de lujo, carísimo), la mayoría siguió las imágenes a través de las vidrieras de las casas de artículos para el hogar, con ojos curiosos e incrédulos; y sin tener cabal idea (como el resto de los medios, que poco espacio dedicaron al suceso) del hecho histórico al que estaban asistiendo y que haría eclosión prácticamente una década después.
Yankelevich, el pionero
Ya en los años "20, Argentina había sido pionera, junto a Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania e Italia, en experimentar el sistema de TV. El emprendimiento realizado en la zona de Marcelo T. de Alvear y pasaje Pizzurno tuvo grandes problemas técnicos y económicos, y no causó el impacto esperado; pero terminada la Segunda Guerra Mundial volvieron a crearse las condiciones para reintentar el emprendimiento televisivo. Entre 1947 y 1949, un problema médico llevó a Jaime Yankelevich, a los Estados Unidos, donde tomó contacto con el medio televisivo. El empresario (abuelo del productor Gustavo Yankelevich y bisabuelo de la actriz Romina Yan) compró equipos usados en Nueva York por 27 millones de pesos y en agosto de 1951 comenzaron las primeras pruebas desde la torre y los estudios instalados en el entonces Ministerio de Obras Públicas (9 de Julio y Moreno), con locutores y actores de Radio Belgrano.
Un ejército de animadores de radio, actores, vestuaristas, maquilladores, publicistas y gente de otros oficios aparecía en el nuevo medio ante la posibilidad de un trabajo promisorio, que muchas veces se enraizaba en la improvisación.
Durante mucho tiempo la programación de Canal 7 -que en 1980, en plena dictadura militar, inauguró el color bajo el nombre de Argentina Televisora Color (ATC), y actualmente emite como La Televisión Pública- abarcaba sólo tres horas diarias, con flashes informativos, películas, dibujos, precarias publicidades y números musicales. Aquellos contados aparatos porteños de 1951 se habían estirado a 900 mil en 1959.
En 1958, con experiencia ya ganada, Canal 7 hizo otra de sus más significativas transmisiones en vivo desde exteriores: la elección que llevó a Arturo Frondizi a la presidencia, el 23 de febrero de ese año. Por entonces también se otorgaron a grupos privados las licencias para la instalación de canales que empiezan a emitir en 1960: en junio largó Canal 9 y en octubre Canal 13 (asignado al cubano anticastrista Goar Mestre); y en julio del 61 empezó Canal 11, manejado por la Iglesia Católica. Fue en esa época cuando se tienden los primeros cables coaxil para transmitir al interior y cuando se consolida el fenómeno, ya con aparatos en cuatro de cada 10 hogares y con una programación variada y artistas nacionales comenzaron a convertirse en estrellas. (Télam, Clarín, La Gaceta, Estamos en el aire)
