Lorenzo juega en el arenero con una pala y un balde de plástico. Otros cinco chicos lo acompañan entre risas cuando intenta hacer algo parecido a castillos de arena. Estos son algunos de los tantos niños que asisten al jardín maternal de la Unión Vecinal de Villa Elisa, el único en esta clase de instituciones, ubicado en Pocito.
Allí, tanto bebés como niños de hasta 12 años, comparten distintos sectores de una casa acondicionada de manera especial, donde alrededor de 40 chicos comparten cada jornada, de lunes a viernes, desde las 7 a las 19. Muchos de ellos son hijos de trabajadores rurales locales y golondrinas, llegados de Bolivia y Salta, que consiguieron en este centro un lugar de contención cuando sus padres van a hacer las labores, en especial durante la temporada de cosecha.
Este servicio es gratis, mientras que la vecinal tiene un segundo centro materno-infantil que es pago y también lo utilizan los vecinos que tienen largas jornadas laborales.
El jardín maternal gratuito fue creado hace unos 6 meses en una casa acondicionada con todos los elementos necesarios para la atención de bebés y niños. En el lugar, el colorido y los juguetes son un común denominador para que los chicos la pasen bien.
Cuenta con cocina comedor, donde los chicos almuerzan y meriendan. Los más grandecitos hasta tienen espacio para jugar al fútbol en el fondo del jardín. Además, los pequeños están atendidos por cuatro coordinadoras especializadas para ese fin, según contó el presidente de la entidad, Juan Carlos Alaníz.
"Desde que se puso en funcionamiento este centro se ven resultados muy buenos’, dijo. Esto, debido a que los padres dejan a sus niños a buen resguardo, cuidados, alimentados y entretenidos con juguetes correspondientes según la edad y las diversas actividades que preparan las coordinadoras.
En ese sentido, los chicos que concurren al lugar, aprenden valores, como compañerismo, respeto, solidaridad. También se les enseña el cuidado de la higiene personal y conducta para con los demás.
Hasta el hecho de practicar deportes como el fútbol sin lastimarse y a pura diversión, es motivo de aprendizaje. Al final de la jornada, los padres que llegan de sus labores, se sorprenden de la alegría que tienen los niños que muestran el deseo de regresar al día siguiente.
La idea del centro materno infantil es un acierto y los dirigentes de la unión vecinal, ya piensan en mejorar y agrandar la propuesta.
