–¿Hay trabajo minero o se frenó la demanda un poco?
-No, nosotros vemos por el sindicato que sigue igual el tema. Seguimos afiliando a mucha gente. Además, en el interior de la provincia. Con este caso del proyecto Casposo en Calingasta, el 80 por ciento de la gente es del departamento. En Gualcamayo hay muchísima gente de Jáchal y de la zona. Después, las empresas tercerizadas siguen generando puestos de trabajo. Yo no veo que se haya frenado.
–¿Hoy se vive bien con el salario del minero?
-Tenemos distintas realidades. En la provincia de San Juan en la vieja minería, la calera, nosotros tuvimos una negociación paritaria a partir del 1 de febrero hasta el 31 de diciembre que representó desde un 31 por ciento hasta un 43 por ciento no solamente para San Juan. La gente lo estaba necesitando porque no podían consumir las cosas básicas.
Pensábamos que ese rubro tenía que crecer salarialmente. Se ha logrado. También tenemos que entender qué tipo de industria es.
–¿El sector más flojo, en materia de salarios, es la minería no metalífera?
-Exacto. Después en la provincia está la fábrica de cemento Loma Negra que tiene otro índice salarial. Las caleras grandes de Albardón como ex Tea y El Volcán. Y la minería metalífera que tiene salarios altos. Es otro tipo de trabajo, el tema de los turnos, los días que están ahí, la altura. El oro que ha crecido en los últimos años en porcentajes inesperados.
–¿Cuál es el salario inicial de bolsillo de minería metalífera y de no metalífera?
-Un ingresante de la no metalífera, que podríamos decir los caleros, son 2.500 pesos. Y un ingresante de la metalífera, entre 5.000 y 6.000 pesos.
–Hay una diferencia importante…
-Sí, sí, pero tiene que ver el tipo de industria que es, el tipo de negocio y la inversión que cada empresa hace para iniciar la producción. No es lo mismo la inversión que pueda hacer una calera a “crear” una ciudad arriba de la cordillera.
–¿Cómo está la relación entre el gremio y la patronal en general?
-En general, desde que yo estoy aquí, las grandes empresas están acostumbradas a tratar con el sindicato y respetan a la institución gremial. Y también me he encontrado con empresas chicas y medianas, como algunas caleras en Los Berros que están acostumbradas a hacer lo que les parece. Y nosotros desde mi inicio como interventor estamos tratando de ocupar los espacios que la inacción gremial de la comisión directiva anterior les ha dejado el vacío para que las empresas puedan manejarse con cierta libertad, en el sentido de que por ahí no cumplen con los convenios, la legislación laboral. Cuando se firmó el aumento en cal y piedra la empresa Albors no nos cumplió, se hizo una presentación ante el Ministerio de Trabajo y ahora están pagando el retroactivo. Por ahí hay empresarios que se creen con total impunidad para hacer lo que les parece, sólo por el hecho de que le dan trabajo a la gente. Hay que cambiar esa mentalidad del empresariado sanjuanino.
–O sea que el problema es con los empresarios locales, no con las multinacionales…
-Ese tipo de mentalidad pasa por el pequeño y mediano empresario. Hay caleras chicas en Los Berros que le están haciendo trabajar la quincena a los trabajadores y les están pagando cinco o seis días. Y lo demás va en negro. Están buscando bajar su costo laboral a través de los trabajadores.
–¿Cómo está el tema de la higiene y seguridad laboral? Hubo varios accidentes en caleras…
-Bueno, por eso mismo nosotros estamos pretendiendo, estamos pidiendo inspecciones en ese sentido, porque vemos falta de inversión en las empresas en seguridad e higiene. Y por ahí no respetando la salud del trabajador, su seguridad y su medio ambiente. Vamos a dejarle inculcado a los compañeros que luego de la intervención continúen, que van a conducir la AOMA San Juan.
–¿Hasta cuándo dura su intervención en San Juan?
-Todavía no está definido, pero puedo asegurar que estamos en la etapa final. En estos días estamos en la discusión del convenio colectivo de Gualcamayo. Vamos bien encaminados. Después subiremos a la mina a explicarles a los compañeros el acuerdo. Y estamos en la instalación de nuestra obra social minera, que funciona en todo el país, y que tenemos un déficit importante de prestación en San Juan. Estamos a punto de firmar un convenio con una prestadora local. La realidad indica que muchos de nuestros compañeros mineros están en muchas obras sociales que no es la nuestra. Y queremos brindar un servicio acorde a las necesidades de sus familias.
