Junto a su esposo transforman en best seller todo lo que escriben y el apellido es casi un sinónimo del género de autoayuda.
Casada con Bernardo Stamateas desde hace más de 20 años y con quien comparte la tarea pastoral de la iglesia Ministerio Presencia de Dios, Alejandra logró su propio público al concentrarse en los problemas de la mujer y la familia. Licenciada en Teología y maestra, es autora de decenas de libros, publicados en más de 10 países, donde también brindó sus conferencias, tuvo gran difusión a través de su programa en Utilísima y canal 9.
Directora de MUFUVA Mujeres Fuertes, como invitada del Pro San Juan, Stamateas brindará hoy una de sus charlas en la provincia (ver aparte) y en conversación con DIARIO DE CUYO analizó este fenómeno que protagoniza junto a su marido.
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-Diste conferencias en otras ciudades de Latinoamérica, ¿cuáles son los problemas comunes?
-Sus libros son best seller, ¿cómo analizan ese fenómeno?
-Cuando escribimos es para que el libro sea una motivación nada más, el libro es un puntapié nada más. La pasión está dentro de la gente, puedo leer un libro y que no me pase nada. Pero el que quiere salir adelante, quiere hacer un cambio va a leerlo y algo se le va a activar internamente. Nuestros libros tienen que ver con las charlas que damos, reflejan eso. Por ahí que la editorial lo encasille dentro de autoayuda, es como la editorial se maneja, para nosotros es una motivación para el alma y para muchos una motivación para el espíritu.
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-Yo creo que esto es de boca en boca, cuando a la gente le hace bien, cuando la gente empieza a aplicar pequeñas cosas que se le activan, dejan de estar dormidos, lo van contando a otras personas. Y la misma mujer, que es algo que yo les enseño, se transforma en una maestra de otros, ya no es lo que dice Alejandra, es mirá lo aprendí, aplícalo vos.
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-La gente necesita urgentemente que alguien este al lado, esos mentores. Necesitan acercarse, tener una mano, lo reciben, no importa que seamos pastores, no importa de la religión que seamos, recibe esa motivación que estaba necesitando. Y este es un cambio muy grande en Argentina, porque antes era muy difícil que un pastor pudiera salir en televisión, o que una empresa te invitara a dar una charla, las cosas han cambiado y eso habla de un crecimiento y una madurez a nivel social.
