Túnel del tiempo. Televisión, temporada alta 2010. Lunes, martes, jueves y viernes, a las 22.30, por El Trece, ShowMatch. Todos los días, a toda hora, por todos los canales, también ShowMatch. La televisión "tinellizada" -con sus detractores y seguidores- sirvió un suculento festín a los programas del espectáculo y la farándula. El eco terminó potenciando el poderío Tinelli, que se erigió como amo y señor de la pantalla chica (y de otras codiciadas arenas del de poder). Omnipresente, todopoderoso, imbatible, ni los noticieros pudieron abstraerse a su magnetismo.
Epoca actual. Televisión, temporada alta 2011. Lunes, martes, jueves y viernes, a las 22.30, por El Trece, ShowMatch. En el resto de los canales, ¿Nada de ShowMatch? Según trascendió -y ya puede palparse sólo con un zapping-, los canales de aire porteños no le harán el caldo gordo a la nave insignia del Trece. Y tal vez por ser el que blanqueó, América se erigió en una suerte de abanderado de esta movida. Incluso Jorge Rial y Luis Ventura -actualmente, la dupla más fuerte del periodismo de espectáculos- se manifestaron a favor de esta medida (ver aparte).
La cruzada desata varias preguntas. ¿La idea es responder a su teje y maneje con un "no te necesitamos"? ¿Es sólo una lucha entre canales o existe, como dice Diario Libre, un acuerdo entre el Gobierno y las emisoras de aire para que Marce "no marque la agenda" en un año electoral y para recortar su influencia en amplios sectores sociales? (sobre todo tras el Gran Cuñado de las legislativas del 2009, que -como se criticó- ridiculizó y perjudicó al oficialismo). ¿Y si Marcelo decidiera mantenerse públicamente al margen del tironeo entre el Grupo Clarín y el gobierno, como en 2010? Y si vuelve a armar el show más contundente de la tele, ¿podrá el resto permanecer indiferente?
Si la única verdad es la realidad, ahora, mientras en El Trece los satélites tinellianos se encargan de ir calentando la cama (en la que se metieron varios pingüinos, como diría Ricardo Arjona) para la llegada de Marce, el próximo lunes; el resto de los colegas -que otrora, para esta época, ya eran funcionales al circo- mira para otro lado, o cuando mucho, de reojo. ¿Se acabó el amor? Pasará, pasará y el tiempo responderá.
