La gente está llena de noticias no porque cada día ocurran cosas muy diferentes sino porque la información atraviesa todos los aspectos de la vida cotidiana. Hace pocos días se conocieron los dudosos arrepentimientos de la "Hiena" Barrios -dudosos porque por la forma que los ha expresado nadie le creyó- que vestido de blanco y con llamativos anteojos negros dijo que "no me va a alcanzar la vida para arrepentirme por lo que hice" refiriéndose al hecho que produjo la muerte de una joven embarazada.
Mucha gente puso en duda ese sentimiento por su forma superficial de hablar. Y tal vez la gente tenga razón porque el arrepentimiento es el pesar que se siente por haber hecho algo. Pesar que -en este caso- no se advirtió del todo sincero.
Casi simultáneamente, hubo una sorpresa originada por la enfermedad del ex presidente de la Nación, Néstor Kirchner, quien suscitó preocupaciones que se comentaron aquí y en el exterior y que fueron expresadas después de que le operaran de la carótida derecha.
Son hechos dispares -uno nada tiene que ver con el otro- que ocuparon buen espacio en el mundo de la información, mundo en el caben todos los acontecimientos, opiniones y reflexiones sobre todo lo que acontece, aconteció o podría acontecer. Así es el mundo de la noticia.
Como la vida es policromática, también hubo múltiples ofertas de distracción -cine, teatro, unipersonales- que no siempre tienen que ver con un formato cultural pero que hacen a las delicias (?) del verano, de los veranos en los que -no se sabe por qué- todo puede tener cabida.
Tanto las noticias inesperadas como las multiofertas de espectáculos envuelven a la gente en una atmósfera muy pasajera. Parecería que en esa época no hay que pensar en los problemas aunque marzo está cerca.
Y con marzo llegan las obligaciones y problemas educativos y ya hay preocupación. La información general ha confirmado que más del cincuenta por ciento de los alumnos secundarios tienen que dar exámenes y ellos no corresponden a una o dos asignaturas como solían serlo antes sino a no menos de tres y hasta seis.
Los veranos han sido tradicionalmente en nuestro país -como en muchos otros- un puente para alejarse de la realidad, la gente se aleja de sus ocupaciones pero este año parece haberse trascendido esa realidad porque la que no tiene receso -hasta ahora- es la de la actividad política.
Otros hechos. Las demandas hechas por la presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kichner, sobre los DNU (decretos de necesidad y urgencia) y el Fondo del Bicentenario, por ella creado con una suma de 6.569 millones de dólares con reservas del Banco Central para garantizar el pago de la deuda externa, tiene en vilo a gente relacionada con el poder.
El asunto es que este verano se vive diferente ya que hay -podría decirse- una yuxtaposición de acontecimientos políticos que los ciudadanos conocen solamente a medias.
Como si lo expuesto fuera poco, el ex secretario de transporte, Ricardo Jaime fue citado a declaración indagatoria por el juez federal Claudio Bonadio, en la causa que investiga los supuestos viajes que éste realizó junto a otras personas en aviones privados pagados a empresarios. Agreguemos que muy bien pagados.
A los hechos mencionados y a otros que están en danza, mucha gente los toma como hechos comunes, como sucesos normales, lo cual equivale a desconocer las atribuciones del Estado y los deberes del funcionario.
Pero el desconocer los límites del poder acarrea -antes o después- serias dificultades porque quienes así operan están donde están por el voto popular que es fácil cambiarlo cuando los acontecimientos lo aconsejan.
No hay milagros en los países que marchan bien pese a las dificultades -como los de la Unión Europea- porque hay claridad con respecto a lo que se debe hacer y hay una conducta ciudadana en serio.
