Trabajar en la fábrica es una cuestión de sentimiento. Como si se tratase de una joya familiar que pasa de generación en generación y que hay que cuidarla y pulirla. Un sueño que comenzó a hacerse realidad hace 50 años y que deben mantener en pie.Y si bien dicen que a ellos les cayó todo armado, afirman que lo difícil es mantener el espíritu de trabajo que le impregnó su padre. Así, Marina, Mario y Daniel Lampasona, dedican todo su esfuerzo en realizar distintas tareas en la fábrica de artículos de limpieza y productos químicos La Marina. Lo hacen junto a su padre Ricardo, que la fundó hace 50 años. El cuarto hijo que se llama como el padre, tiene una empresa de servicios de limpieza, que también es reconocida en la provincia.
Que se trata de una empresa familiar llena de emociones, no cabe la menor duda. Sólo basta con escuchar a Mario (39), cuando relata cómo fueron los inicios del negocio y cómo se esforzó su padre para conseguir que hoy en San Juan, La Marina sea una marca registrada cuando se habla de artículos de limpieza. "Mi padre comenzó vendiendo escobas y lampazos casa por casa. Y hasta lustró zapatos. Es por eso que su esfuerzo por el trabajo es lo que nos mantiene trabajando con él", contó Mario, quien comenzó a rondar la fábrica cuando apenas tenía 13 años. Y lo que al principio fue un juego, no tardó en convertirse en su fuente de trabajo y en una pasión. "En La Marina hay muchos sentimientos en juego. No sólo se trata de ganar un sueldo, hay que lograr que el sueño de mi padre siga en pie y se haga cada vez más fuerte. Con el ejemplo nos enseñó que con esfuerzo se pude conseguir todo desde la nada", dijo Mario, que está encargado del salón de ventas del negocio que está por calle Salta. Mientras que Daniel (37) trabaja en la fábrica y Marina (30), en la parte administrativa. Ella es la que lleva el nombre de su abuela paterna, y justamente Ricardo bautizó a la empresa como La Marina, en honor a su madre, que fue quien lo impulsó para que se independizara, cuando tenía 19 años.
Los hermanos Lampasona nacieron cuando la fábrica ya estaba andando. Es por eso que para ellos esta fue como un segundo hogar, al que no están dispuestos dejar, aún cuando tienen actividades paralelas. Por ejemplo, Mario realiza trabajos metalúrgicos, a la par de estar en la empresa familiar. "Esta es una herencia familiar que cuidamos mucho porque es el reflejo de la lucha de nuestro padre. Nosotros recibimos todo armado pero ahora el desafío es mayor. La empresa creció y muchas familias dependen de nosotros", resumió Mario. Así, los Lampasona, se preparan para celebrar el medio siglo de la fábrica, en noviembre próximo.
