El franciscano mendocino Fray Luis Beltrán ha pasado a la historia grande de la Patria por su labor a cargo de la Maestranza y el Parque del Ejército de los Andes. El Gral. San Martín destaca su labor en una carta al Director Supremo el 14 de febrero de 1816: "’Este individuo, acreedor por tantos títulos a la más alta consideración y gratitud, ha sido el muelle real que ha dado actividad y movimiento, en medio de una casi absoluta carencia de operarios inteligentes, a la complicadas máquinas del Parque, el Laboratorio de Mixtos, Armería y Maestranza, es difícil detallar sus servicios y creo hacerlos a la Patria el recordarlos”.

De los talleres bajo su dirección salieron los cañones, obuses, fusiles, sables, herraduras para mulas y caballos y otros implementos para el Ejército de los Andes. Suele estimarse sin exactitud que alrededor de 300 hombres colaboraron con el fraile en aquellos talleres del Plumerillo.

Los herreros sanjuaninos. En ese grupo de trabajo que fue la Maestranza del Ejército y estuvo a cargo del Fraile Beltrán, participaron también herreros sanjuaninos.

Una nota dirigida por José Ignacio de la Roza a San Martín del 14 de noviembre de 1816, comunicaba a éste que habían partido a Mendoza los herreros con su fraguas.

Por nota San Martín le informaba al Tte. Gobernador de San Juan que: "’La erramienta de los herreros de esa ciudad qe han venido a travajar en la maestranza del Estado, fue entregada pr el miliciano José Franco Basquez con quien V. la dirigió según me avisa en su nota del 15 a q contesto. Noviembre 24 de 1816”.

En los aprestos para la partida del Ejército de los Andes, San Martín solicitó en enero de 1817, que los herreros que habían vuelto a San Juan (para la maestranza de la IV División) fueran enviados nuevamente a Mendoza, pero De la Roza responderá que estos partieron con la División del Norte al mando de Cabot, y de paso agregaba que no quedaban herreros para las necesidades de la ciudad: "’Siendo absolutamte. imposible la remisión de algns. Herreros como Ud me pide, en razón de q unos se hallan en esa capital y otros en la División del Norte qe ha marchado, por considerarse de suma utilidad, lo comunico a V.S. pa. su supor. Inteliga. S. Juan y enero 25 de 1817”. Y en el mismo documento, que fuera digitalizado por el Archivo Histórico de nuestra provincia, anotaba: "’por ese motivo no existe uno solo (herrero) ni pa construir clavos”.

Estos herreros sanjuaninos marcharon con las columnas del Comandante Cabot en la División del Norte, y la que al mando del Gral. Las Heras cruzó por el paso de Uspallata.

Como afirmó De la Roza, la ciudad de San Juan se quedó sin un herrero. ¿Hasta cuándo careció la ciudad de estos nobles hombres que partieron junto con las tropas a la epopeya trasandina?

El Libro de Gastos del Convento de Santo Domingo da una respuesta. El viernes 18 de abril de 1817 el fraile a cargo de los gastos estampa: "’6 reales en la compostura de la llave y chapa de la puerta qe sale del claustro a la cocina. no se había compuesto por que todos los herreros los habían llevado a la reconquista de chile”.

Es decir que estos hombres, simples ciudadanos, acompañaron a las tropas del Ejército de los Andes, cruzaron esas moles cordilleranas y observaron a la distancia los avatares de la victoria patriota de Chacabuco y Salala. Y recién en abril estaban de nuevo en la ciudad.

¿Quiénes eran estos herreros sanjuaninos? El 24 de julio de 1814 se daba la nómina de los herreros de la ciudad, que debían contribuir en el monto anual impuesto a San Juan por el Gobierno Supremo, cuyo cantidad ascendía a $18.000. El gremio de los herreros tendría una contribución de $96 anuales.

Según la lista la ciudad contaba con 8 herreros cuya nómina es la siguiente: José María Bera, José María Barrera, Dn Juan Espada, Juan de la Cruz Aciar, Antonio Berben, Xavier Bustos, Bentura Chaparro y José Domingo Bisela.

Estos nombres hoy salen a la luz para eterna memoria de estos sanjuaninos simples que hicieron posible la gesta sanmartiniana. El futuro monumento al Ejército de los Andes debería recuperar los nombres de aquellos sanjuaninos que en la hora supieron sacrificarse por el bien de la patria.