Mundial 2014, Copa América 2015. Deudas y más deudas para Gonzalo Higuaín vistiendo la camiseta celeste y blanca. Deudas que el pueblo futbolero de Argentina no le perdonaba porque en sus pies pudieron estar dos conquistas que Argentina añoraba. En Brasil, ante Alemania, se comió aquel gol solo. En Santiago, el 4 de julio pasado, ese penal ante Bravo que ni siquiera fue al arco, sepultó las aspiraciones de ser nuevamente rey de América. La gente no se lo perdonaba. Gonzalo lo sabía y los casi 40 goles que hizo en la temporada italiana, no alcanzaban para el paladar argentino. Querían goles del Pipita pero con la camiseta argentina. Entonces, después de pasar una Fase Inicial metido entre las sombras y con esa mochila encima, en los comienzos de los Cuartos de Final, Higuaín decidió empezar a pagar la primera cuota de esa gran deuda que aun no se la perdonan. A los 8’ definió a toda lucidez un pase profundo de Messi. La tomó de sobrepique y dejó sin respuestas al arquero de Venezuela. Por fin. Gol de Higuaín y esa mochila ya pesaba menos. A los 28’, otras vez el Pipita dio el presente haciendo lo que sabe y porqué está en la selección. En esta selección donde sobra de todo y donde para ser delantero goleador, hay que hacer goles. Empezaba a pagar esa deuda.
