El Gobierno británico ayer pidió perdón por una histórica matanza conocida como "Domingo sangriento". Al difundirse un informe clave, se llegó a la conclusión de que militares británicos mataron en 1972 a 14 personas inocentes y desarmadas. Eso desmiente la versión sostenida durante casi cuatro décadas, según la cual los militares cometieron la matanza en un intento por defenderse de disparos provenientes de terroristas del Ejército Republicano Irlandés (IRA).
El "Domingo sangriento" cambió el curso de la violencia política y sectaria de Irlanda del Norte conocida a fines de 1960 como "The Troubles" (Los problemas). El conflicto se agudizó en aquella jornada que dividió a los nacionalistas, la mayoría Católicos, que querían separarse y pasar a ser parte de la República de Irlanda, frente a los unionistas, gran parte de ellos protestantes, que querían mantenerse como parte del Reino Unido de Gran Bretaña.
El domingo 30 de enero de 1972, paracaidistas británicos (uno de los más duros cuerpos del Ejército Británico) abrieron fuego sobre una manifestación no autorizada que reclamaba el cumplimiento de los derechos civiles de Irlanda del Norte en el barrio católico Bogside, un barrio norirlandés fervientemente nacionalista que ellos llaman Derry. La manifestación fue organizada para protestar por la encarcelación sin juicio de gente irlandesa, predominantemente católica, en Irlanda del Norte.
Según cálculos, unas 15.000 personas se manifestaron en aquella ocasión contra del internment -una medida que consistía en encarcelar sin juicio a los sospechosos de pertenecer al
Un pequeño grupo de manifestantes, apartado del núcleo principal, comenzó a lanzar piedras a una barricada, tras la que se parapetaban algunos soldados. Estos respondieron al principio con gas, balas de goma y agua a presión. Instantes después las calles de Bogside se convirtieron en un caos. La gente corría despavorida entre el ensordecedor ruido de disparos con balas verdaderas.
En 20 minutos, murieron 13 personas, todos católicos desarmados, y otras 14 resultaron heridas, una de los cuales murió después. Los asesinatos llevaron a cientos de nuevos voluntarios a unirse a la campaña violenta del católico IRA, que luchan con bombas y atentados contra el dominio británico. No fue sino hasta 1998 cuando fue alcanzado un acuerdo de paz en Irlanda del Norte.
Durante casi cuatro décadas de conflicto en Irlanda del Norte, la versión oficial, fruto de una investigación desarrollada en 1972, sostuvo que los militares respondieron con fuego a la agresión armada iniciada por el IRA. Como consecuencia, argumentaron que los militares británicos abatieron a civiles por error.
Según el nuevo informe presentado ayer, ninguno de los soldados abrió fuego en respuesta a ataques o amenaza de ataques. El documento concluye que ninguna de las 14 personas asesinadas aquel día llevaban armas de fuego ni
presentaba una amenaza para la seguridad. La investigación consigna que miembros del IRA efectuaron disparos, aunque se ha establecido que los soldados abrieron fuego primero.
En una intervención ante el Parlamento, el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, dijo que las conclusiones muestran de manera inequívoca que no hubo justificación para los disparos sobre los civiles durante la histórica manifestación en Londonderry, la segunda ciudad norirlandesa.
"En nombre del Gobierno, y desde luego de nuestro país, lo lamento profundamente", enfatizó. Una multitud se congregó en la plaza Guildhall en Londonderry, el lugar donde debía terminar la manifestación de 1972, para ver el comunicado de Cameron en una pantalla gigante. En el momento cuando pidió disculpas, aplaudieron y vitorearon.
