Así como la cáscara del huevo sirvió de materia prima para este remedio, el mismo equipo está interesado en seguir probando con otros desechos alimenticios o recursos materiales para alcanzar medicamentos. Esta vez han puesto el ojo en un producto netamente sanjuanino, como es la cáscara o el hollejo de la uva. Su destino sería un jarabe para prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares. Pensaron en la uva porque están científicamente comprobados los niveles medicinales de los taninos y polifenoles que tienen efecto antioxidante. “Esto no es nuevo, Favaloro fue uno de los impulsores de tomar a diario un vaso de vino tinto. Lo que queremos es buscar dosis exactas para tratamientos concretos”, asegura Lisandro Hergert. Otro de los intereses del equipo comandado por este Doctor en Farmacias, pasa por encontrar la medicación para curar las enfermedades de la pobreza, como ser la polio, la malaria, la lepra, la tuberculosis, entre otras dolencias para las que no hay medicación e inclusive en algunos casos ni siquiera vacunas. “El tema es que a los laboratorios comerciales no les interesa porque no son rentables. Pero alguien debe ponerse a trabajar para terminar con estos males”, dice convencido Hegert. El proyecto a base de uva aún está en pañales. buscan interesados en desarrollarlo y dadores de hollejo para investigar. Creen que con un empujoncito y un avala podrían concretarlo.
