Más de 45 millones de franceses votan hoy en el primer turno de la elección presidencial, para escoger entre 10 candidatos, con el socialista Francois Hollande como favorito sobre el actual mandatario, Nicolas Sarkozy.

Los dos candidatos más votados se enfrentarán en la segunda vuelta el 6 de mayo próximo. Pero si en la primera vuelta de hoy alguno de los candidatos obtuviese la mitad más uno de los sufragios, automáticamente sería designado presidente. Aunque esto no ha ocurrido jamás desde el inicio de la V República, en 1958.

Según las últimas encuestas, el socialista vencerá hoy a Sarkozy por entre el 30 y el 29 por ciento frente al 26 ó 24 por ciento del mandatario francés. En una elección que parece destinada al socialismo por el rechazo que genera Sarkozy, el principal misterio gira en torno a quién finalizará en tercer lugar. La candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, del Frente Nacional, obtiene el 16 por ciento y de esa forma mantiene una leve ventaja sobre del aspirante de extrema izquierda Jean-Luc Melenchon, con el 14 por ciento. El centrista Francois Bayrou, con el 10 por ciento, finalizaría quinto, según el sondeo de IPSOS.

Una eventual derrota en primera vuelta deja a Sarkozy sin opciones de victoria en la segunda ronda, según expertos. ‘En caso de quedar segundo en la primera vuelta hay un gran riesgo de que su electorado deje de creer en la victoria y que se desmovilice‘, aseguró el politólogo Éric Bonnet, del instituto CSA.

Sus estudios de opinión revelan que Hollande, el principal rival de Sarkozy, cuenta con una gran ventaja electoral en la segunda vuelta, pero no dan por perdido al presidente saliente. En la segunda vuelta, el socialista se impondría con el 55 por ciento de los votos contra el 44 de su adversario de derecha, según IPSOS.

La elección es vista más como un referendo sobre el gobierno de Sarkozy -que durante su mandato agasajó a empresarios y se casó con la modelo Carla Bruni- que como una posibilidad de elegir al segundo presidente socialista en la historia de Francia después de Francois Miterrand (1981-1995).

Por su parte, Sarkozy podría sumar su nombre a la larga lista de mandatarios europeos que debieron dejar su cargo por la crisis económica que sacude a la zona euro. Además, el desempleo en Francia está en su mayor nivel en 12 años, la economía francesa se desaceleró y el poder adquisitivo de la gente disminuyó.

Todos estos temas el mandatario había prometido solucionarlos durante su campaña en 2007, por eso varios analistas afirman que será castigado en las urnas.