El objetivo fue adaptarse a los avances de medicina y al crecimiento y las necesidades de la población y hasta superar los problemas económicos que a lo largo de las décadas generaron quejas de pacientes por falta de espacio, camas o personal. Para eso, en los 100 años de historia que hoy cumple el Hospital Rawson (teniendo en cuenta la colocación de la piedra fundamental como símbolo de su inauguración), la institución vivió 12 construcciones y reconstrucciones importantes, con pabellones aislados que se fueron sumando uno tras otro. Eso, hasta que se vivió la verdadera revolución estructural, con la idea de concentrar los servicios y llevar a que la institución se transforme en la mole edilicia que es hoy y que se espera que siga creciendo.
Quizás, sus primeros pasos marcaron los cambios que viviría más tarde. Ya que, desde que se plantó su semilla, en el siglo XVII, el hospital estuvo en movimiento. Por ese entonces, era conocido como Hospital San Juan de Dios, estaba atendido por una orden religiosa y era un conjunto de habitaciones de adobe ubicadas donde hoy está el Cementerio de la Capital. Pero en 1886, se mudó al terreno en el que se asienta el Cuartel de Bomberos. A partir de ahí se llamó Hospital de Hombres y logró contar con una infraestructura más acorde a las necesidades de la salud. Fue 4 años después cuando recibió el nombre Hospital Guillermo Rawson, en homenaje al médico que había muerto en París.
En los albores del siglo XX el hospital vivió su tercer cambio de locación, que sería el último. Llegó a la Avenida San Martín (hoy Avenida Rawson), en 1905. En ese momento, por su escaso presupuesto, fue catalogado como uno de los peores hospitales del país. Hasta que, 1908 el Gobierno amplió los pocos pabellones que tenía separándolos entre sí, para evitar contagios.
EL RENACER:
Según datos recabados por Jorge Mira Blanc, gerente Técnico del hospital, tras tanto movimiento, las autoridades de ese entonces decidieron darle al centro de salud la oportunidad de renacer. El 23 de noviembre de 1913 colocaron la piedra fundamental de lo que sería el nuevo edificio, hoy conocido como Pabellón Histórico, que fue inaugurado en 1928.
El Ala Norte (licitado en 1924) se transformó en el pabellón de hombres; el Sur (construido en 1925), en el de mujeres. Las características francesas que le imprimieron resaltan hasta hoy, al igual que sus paredes de hormigón sismorresistentes, que fueron una novedad en esa época y lo llevaron a soportar los sismos posteriores.
Los grandes cambios estructurales continuaron en 1937, con la construcción de los pabellones de Maternidad, Neonatología y Traumatología. Mientras que, en 1942 se inauguró el pabellón de Gineco y Cirugía, en la Sala de Mujeres. Un año después, se creó el de Clínica Médica, por calle Santa Fe, sentando las bases del Hospital de Niños, construido 7 años más tarde.
A mediados de 1949, el hospital llegó a ser ejemplo a nivel nacional con la creación del Servicio de Traumatología, Ortopedia y Rehabilitación. En esa especialidad se construyó una pileta de hidroterapia, una innovación utilizada para el tratamiento de la parálisis infantil, que años después, al disminuir la patología, fue suspendida. Sumado a eso se creó el Taller de Ortesis y Prótesis, en el que se fabricaba sillas de ruedas, férulas, zapatería y corsetería, otro avance en aquel contexto.
A principios de la década del ‘60 llega otra modificación que marca la historia del hospital, la construcción y ampliación de los 2 extremos del pabellón central. Hacia el Norte se creó los Consultorios Externos y al Sur, la sala de Médicos de Guardia. La morgue llegaría un año después.
La infraestructura quedó inmóvil durante los años posteriores, en plena dictadura militar. Fue recién en 1983 cuando se produjo otro cambio, con la inauguración del Servicio de Urgencias.
LA REINVENCIÓN:
La década del ‘90 arribó con un cambio en la concepción de la atención del hospital. Surgieron la Terapia Intensiva Pediátrica, la Neonatal y la Unidad Coronaria. Además, se dio el puntapié inicial a la idea de dejar los pabellones aislados para construir una planta con alta tecnología y funcionalidad modernista, con ingreso por calle General Paz.
Sin embargo, ese cambio en la estructura edilicia se instituyó definitivamente a finales de la década, cuando se decidió construir prácticamente un nuevo hospital, demoliendo más del 50% de sus pabellones.
De esa estructura, cuyo proyecto cubre 39.000 m2, hoy están habilitados 24.000. Para el resto falta la licitación de la obra fina y el equipamiento. Se cree que cuando terminen las obras, el Rawson podrá mantener su fisonomía sin nuevos cambios por décadas.
