No sólo hay acuerdos básicos sobre las medidas puntuales, sino que Gioja y Pérez -que insisten en militar una ‘política vitivinícola regional‘- consiguieron sumar al Acuerdo del Vino y el Mosto a Beder Herrera, que prometió allegarse hasta el salón Patricias del Barrio Cívico, donde se firmará el documento. Así, Mendoza, San Juan y La Rioja convendrán una serie de iniciativas en sus respectivos confines, para aprovechar la coyuntura internacional y ‘elaborar no menos de 180.000 toneladas de mosto concentrado en la región‘ y empujar un piso para las uvas básicas que pretenden no bajen de 1 peso por kilo (el año pasado promediaron los 75 centavos). Por eso, Marcelo Alos -ministro de la Producción de San Juan- y José Luis Alvarez -de Agricultura y Agroindustria- hicieron los cálculos necesarios con Guillermo García, titular del INV y previamente chequearon datos y perspectivas con los directivos de la Cámara de Productores y Exportadores de Mosto. Confirmaron los datos de demanda y posibilidades exportadoras y hasta consiguieron de los industriales una promesa de que el precio de las uvas mosteras no bajará de 90 centavos. Entonces, Alos y Alvarez convinieron sugerirles a los gobernadores que el cupo obligatorio de la cosecha con destino a mosto no debe ser menor al 30 % y que había que ajustar las medidas del control obligatorio (sobre todo en Mendoza), precisando también los métodos compensatorios de exportadores tanto de granel como de los afligidos embotellados. En principio se convino que habrá operativos oficiales para quienes decidan elaborar mosto sulfitado, con apoyo financiero siempre y cuando los industriales compren al precio base convenido, al cual los gobiernos podrían agregar unos centavos más como incentivo. Esto pondría en los operativos un valor base a las uvas mosteras que no bajaría de 1 peso.

LA ESTRATEGIA

De paso, la estrategia de propiciar el mosto, apunta a bajar la elaboración y por ende el stock del blanco escurrido -el stock de blancos, dice el INV anda por los 12 meses de despacho y el de los tintos orilla los 6- porque en un año de cosecha disminuido la sugerencia de los gobiernos es apuntarle al mosto con las rústicas, porque todo está dado para que esta temporada el sulfitado sea más negocio que el blanco mínimo. Sobre la mesa del viernes, no obstante, estuvo la planilla que discrimina cómo están los precios de los vinos blancos y tintos. Ese chequeo evidencia que el mosto sulfitado tuvo un mejor año que el blanco escurrido. El 33 % de los blancos se paga a menos de 1 peso y alrededor del 50 % se mueve entre 1 y 1.20 pesos por litro, según la calidad de elaboración. En los tintos el 70 % aparece liquidado entre 1.80 y 2.50 pesos, según calidad y terruño. Los varietales blancos se movieron por encima de 1.70 y los tintos por sobre los 3 pesos.

Sin embargo, por encima de los precios, el mismo mediodía del viernes, en Mendoza, se constituyó una mesa sectorial -funcionarios, cámaras, sindicatos- que va a precisar y buscar mejorar la situación de costos, que en este momento preocupa a los productores e industriales tanto o más que los precios. Es decir, los ajustes impositivos provinciales, ‘’Sintonía Fina’’ del gobierno nacional, problemas de importación de insumos, los planteos laborales y otros asuntos que les hace fruncir el ceño tanto a productores como a industriales y que condiciona la rentabilidad y el futuro de unos y otros.