Descollaron con su belleza y sensualidad sobre las pasarelas en los "70 y "80. Y hoy, convertidas en dos "señoras de la moda", Teresa Calandra y Evelyn Scheidl, amigas entrañables y socias, recorren el país con un "Seminario de imagen para la mujer", desde donde brindan secretitos y consejos para verse y sentirse mejor, desde el maquillaje hasta la ropa. Con ese propósito visitarán San Juan la próxima semana, de la mano de Raúl Olivera y como una previa a la nueva edición del San Juan está de moda-. Pero antes del arribo, la rubia y la morocha compararon su época y la actual en el mundo fashion.

– ¿Cuál es la diferencia más notable entre las modelos de los "80 y las de ahora?

– Teresa Calandra: Antes eran muy pocas las mannequins y los diseñadores que más se la jugaban -Elsa Serrano, Gino Bogani por ejemplo- hacían desfiles con 10 o 12 como mucho. Ahora además hay agencias… Nosotras nos reuníamos dos veces por año, se fijaba un cachet y una se iba recomendando a la otra. Casi siempre éramos el mismo grupo. Después surgieron las agencias de Pancho (Dotto) y (Ricardo) Piñeyro, que desfilaban con nosotras… Además estábamos muy atentas a lo que pasaba mundialmente, seguíamos la tendencia; pero cuando llegábamos a un desfile nosotras nos maquillábamos y peinábamos cada una de acuerdo a su estilo. Ya no, Armani presenta una colección y todas salen iguales…

– Evelyn Scheidl: Creo que nosotras teníamos todas un estilo muy bien formado, una identidad muy específica. Y como encima éramos pocas, los diseñadores se inspiraban en nosotras y las clientes se sentían identificadas también. Hoy, salvo por dos o tres excepciones, eso no existe. Se unificó. Vos vas a un desfile y no sabés quién es quién, son todas iguales, no hay identidad, no hay estilo propio. Si hablás con los diseñadores, todos quieren que volvamos a las pasarelas…

– En aquella época ¿todas, o casi todas, las chicas querían ser modelo, como en los últimos años?

– TC: Y, yo cuando era chica quería se azafata, que lo fui, y modelo, y también. El sueño de ser modelo, el de ser actriz, de trabajar en cine o televisión, de ponerte plumas y estar arriba de un escenario… ¿qué mujer no lo tiene? ¡Si todas las chiquitas de cuatro años quieren ser Barbie o princesa! Es un sueño, sí. Pero también es una profesión muy corta. De ahí que luego una pone una casa de ropa, otra de muebles, son conductoras de TV, en fin…

– ES: Yo no sé… quizás en nuestra época ser azafata o modelo era lo inalcanzable y venerado, pero hoy no sé…

– ¿Cuán idealizado está el mundo de las modelos?

– TC: La prensa te dice que si no sos rubia de ojos celestes y no pesás 45 kilos, si no tenés gomas y la cola parada, no existís… son muy fuertes los mensajes que se mandan y hay que tener mucho cuidado…

– ES: Yo tengo los mejores recuerdos, para mí es un trabajo maravilloso, es lindo, gratificante, sugerente… son todos pro para mí. Y la que objeta algo es para pegarle un trompazo (risas), no saben lo que es trabajar…

– ¿La competencia feroz en el ambiente es un mal de nuestros tiempos?

– TC: No te equivoques, siempre hubo competencia y es lógica, una trata de ser la mejor. Nosotras hicimos un grupo de grandes amigas y hoy también hay chicas que son amigas, pero la competencia existe, en todas las profesiones.

– ES: Nosotras somos todas íntimas. De hecho cada cumpleaños, cada festejo, cada tristeza -y ni hablar con lo que me pasó a mí (NdeR: falleció su marido este año)- estamos juntas y nos acompañamos incondicionalmente, y creo que hoy eso no existe. No les interesa la amistad, ni compartir… Van, hacen su trabajo, agarran su bolso y chau, creo que casi nadie sabe nada de la otra.

– ¿Hoy las modelos son más osadas?

– ES: ¡Sí, mi amor! ¡Obvio, tremendo! Tiene que ver con la época, somos generaciones distintas, ni mejores ni peores.

– TC: En nuestra época muy pocas hacían campañas de ropa interior, por ejemplo, nos costaba más. Si hacías ropa interior no podías hacer alta moda… uno no se animaba tanto. Pero bueno, hoy todo es más libre. Antes te casabas, hoy te vas a convivir y probás…

– Muchas modelos hoy hacen chapa desde el programa de Tinelli ¿Cómo lo ven?

– ES: Mirá, la vida de las chicas tienen un antes y un después de Tinelli. Con él saltás a la fama en dos minutos y ahí se te abren todas las puertas, con lo cual es una oportunidad maravillosa, sobre todo si no te querés quedar como modelo y probar ser actriz, conductora… Las chicas que salen de Tinelli no creo que sigan desfilando, van a buscar otros horizontes…

– TC: Le pasó a Liz Solari, una gran bailarina que hoy estudia teatro, canto y baile en Londres. Está bueno que todo el mundo pruebe. Yo estuve en el Cantando de Marcelo, pero la diferencia es que jamás entré al certamen pensando que iba a salir con un contrato, nunca tuve la presión de decir "si no gano, pierdo la temporada de verano", porque no era actriz ni cantante. Lo pasé bien y lo disfruté, jamás me estresé. Las chicas que son vedettes, actrices o capocómicas se están jugando la temporada, la carrera, y en eso es diferente. Lo importante es que si sos mediática tenés que saber entrar y salir de ese juego, porque si ese juego te va a hacer daño, no lo hagas. Hay que ser muy fría e inteligente para que eso sume, no te haga mal y puedas seguir una buena carrera.