Se lo vio con el rostro tranquilo, como siempre. Lejos de estar amargado porque al equipo se le haya cortado la racha ganadora pero también lejos de quedar eufórico por el empate final. "Fue un partido luchado, de eso no tengo dudas. Jugado como una final. Había que aguantar de acuerdo a cómo estaba planteado el juego. Si no se puede ganar, el punto sirve", dijo para empezar su visión del juego ante el equipo mendocino.
El técnico Verdinegro fue claro en sus conceptos y reconoció que el empate fue un marcador lógico. "Acá lo importante es que se defendió el invicto con buen juego y las armas que corresponden. Y también el mantener el arco propio en cero. Fue un partido en el que no hubo espacios. En el que la marca dominó por sobre las ideas de juego. Nosotros, por ejemplo, no pudimos aprovechar como lo hacemos las pelotas paradas. Y eso incide".
Más adelante el Ruso aclaró que "en el primer tiempo, ellos (por la Lepra mendocina) metieron más. Entonces, en el entretiempo lo hablamos y adoptamos otra actitud para el complemento. Así mejoramos y terminamos creando más y mejores situaciones para convertir".
Sobre el gol anulado a Penco, en el primer tiempo, Hrabina señaló que "ese gol estuvo mal anulado. Es más, lo veré por televisión pero a mí me dio toda la sensación que no era offside. Si lo hubiesen convalidado el partido hubiera cambiado. Igual que si entraba el cabezazo de Sánchez".
Por último, el técnico recalcó que "había que jugar con oficio y lo hicimos. Justamente el oficio para mover los tiempos de juego fue nuestra mayor virtud. Al final, que ellos hayan tenido más la pelota no significa que fueran más peligrosos. Nosotros tuvimos más chances concretas para convertir".
Quique Hrabina se fue conforme con el rendimiento de sus dirigidos y pensando en el partido del próximo domingo, cuando reciban a la CAI, en Concepción.
