Con tremendo ánimo, los más de 130 expedicionarios dieron comienzo ayer, a lomo de mula, a la segunda jornada de la octava edición del Cruce Sanmartiniano. Tal fue el entusiasmo que el ritmo logrado rompió con los tiempos de cabalgata registrados en las ediciones anteriores. De las siete horas promedio, a lomo de mula y caballo que se hicieron en años anteriores, ayer se hizo el recorrido de 46 kilómetros en cinco.
‘La verdad es que hemos hecho buen tiempo, hemos venido rápido y no hemos tenido tantas paradas producto de caídas o aflojes de cinchas‘, comentó uno de los gendarmes.
Con esa frase se simplificó la clave del motivo por el cual hizo un tiempo tan bajo. Debe tenerse en cuenta que no hubo demasiadas paradas de descanso y la comitiva partió temprano desde Manantiales.
La noche anterior los expedicionarios durmieron en los pabellones del Escuadrón 26º de Gendarmería Nacional (ver página 3) y temprano tuvo lugar el acto oficial de la partida.
Fue en el patio de armas del escuadrón con la presencia del gobernador José Luis Gioja; del jefe de la Décima Agrupación San Juan de Gendarmería Nacional, comandante mayor Alberto González; del jefe del RIM 22, Luis María Bordet, y del intendente de Calingasta, Robert Garcés. Entre los invitados especiales se encontraban el conductor televisivo Julián Weich, que se sumó a la comitiva en la noche del miércoles.
Después de la interpretación del Himno Nacional Argentino y de unas palabras del gobernador Gioja, que arengó a los expedicionarios ‘para seguir los pasos del General San Martín‘, la columna partió hacia la Estancia Manantiales, donde se iba a producir el primer contacto con los animales.
El tramo a lomo de mula o de cabello, según le correspondió a cada uno de los integrantes de la expedición, comenzó a las 12.30 y dos horas más tarde la columna llegó a la localidad denominada Peñón Colorado. Allí se almorzó una vianda fría, que consistió en sándwiches y fruta, y agua de las vertientes de la zona.
Algunos aprovecharon la parada para estirar un poco las piernas luego de las horas arriba de los animales y otros aprovecharon para buscar baño. Los nenes para un lado y las nenas para el otro, como aconsejó uno de los gendarmes. También los animales descansaron un rato y saciaron su sed. Unos 30 minutos después se retomó la marcha, sin descanso, hasta Las Frías o Trincheras de Soler alcanzando unos 3.645 metros sobre el nivel del mar, lugar donde la comitiva iba a pasar la noche.
UNA CAÍDA Y UN DESPISTE
Ni bien se recorrieron los primeros 200 metros de cabalgata, una periodista de radio FM La Tribu, de Capital Federal, terminó siendo tirada por una mula tras una espantada. Fue sólo un revolcón y golpes menores. Pero la joven se levantó y siguió sin problemas, sólo aguantando las bromas de los otros expedicionarios.
También tres productores de la TV Pública se alejaron de la columna tras detenerse para hacer imágenes y quedaron al último. Debieron ser auxiliados por personal de Gendarmería. Hoy vendrá la subida al Espinacito y la llegada a Sardina.
