El escritor e historiador Pedro Barcia (76) llegó para presentar Idearios argentinos y durante un descanso en sus conferencias habló sobre Historia y la postura que tuvo el gobierno nacional anterior sobre Sarmiento.
-¿A los próceres hay que conocerlos como figuras de bronce o también desde lo negativo?
-Hay que humanizarlos, porque si los vemos desde el mármol no sirven como modelo para los chicos. Pedagógicamente es necesario mostrarlos como hombres de carne y hueso. Pero atención porque hay un límite: humanizar está bien, vulgarizar, no. Cuando se detiene en la vulgaridad, en aspectos que no hacen a la condición de la persona, como está escribiendo una laya que prefiero no nombrar y que se dedica a publicar lo más abyecto, no se suma nada.
-¿Después de tantos textos e investigaciones, qué aspectos de Sarmiento puede destacar?
-Que al revisar textos como Facundo o Civilización o Barbarie se puede volver a calar cosas que Sarmiento señaló y se nos olvidó con el tiempo, como los rasgos que le asignó al gaucho pero que en rigor puede aplicarse al argentino en general. Lo que Sarmiento señaló como propio del gaucho que vivía en el campo adentró en la ciudad. Y hoy aquello que él distinguía como condenable y censurable está en el damero de la ciudad.
-¿Eso puede explicar ataques vandálicos, como pasó recientemente con una escultura de Sarmiento frente al museo?
-Esto es una reflexión de cómo evolucionó la observación de Sarmiento. Lo que él ubicaba afuera, hoy está adentro. Esta actitud anómica (que no sigue las normas) que para Sarmiento tenía el gaucho, el argentino lo tiene hoy como rasgo característico y desgraciado, porque la tendencia a no respetar las normas es parte de lo que somos. Y se complementa con gobiernos que no hacen respetar las leyes.
-El gobierno nacional anterior fue criticado por los sarmientos por menospreciar al prócer, ¿qué opina?
-Efectivamente, hubo actitudes, gestos y aspectos de una campaña de deterioro y de crítica a la imagen de Sarmiento. Pero no se critica a quien no se mueve y Sarmiento se movió mucho. Sin dudas que metió la pata y se equivocó, como cualquier persona, pero en el balance e independientemente de sus arbitrariedades y contradicciones, lo que Sarmiento logró en varios campos, como en la educación, son innegables. Como los Andes, los hombres se miden por sus cumbres y no por sus precipicios.
-¿Qué razones tuvo esta campaña?
-Intereses políticos que son pasajeros. Pero son campañas de patas cortas, que tienen vigencia algunos años y luego desaparecen. Acá no se trata de santificar a Sarmiento, sino de rescatar lo más valioso para tomarlo como ejemplo para la juventud. Aquellos que condenaron y se burlaron de Sarmiento tienen muchas piedras en contra como para tener derecho a tirarlas. Sarmiento, como dijo el poeta, los espera en el bronce.
