Los 4 infartos que sufrió Hugo Ruíz, de 57 años, le quitaron la posibilidad de seguir trabajando. Sobrevive con una pensión por discapacidad que le alcanza sólo para pagar el alquiler, los remedios y la comida por algunos días. ‘A veces paso 15 días sin almorzar porque no tengo nada para comer. Por las dudas me arrimé al Hogar a ver si me podían ayudar y lo hicieron. Vengo a cenar todas las noches y me quedo un rato antes de volver a la pieza que alquilo’, dijo.
