Sondeos de opinión muestran que los banqueros son profundamente impopulares entre los votantes estadounidenses, después de que la crisis financiera arrojara a la economía a una severa recesión, dejando a cientos de miles sin empleo. Los miembros del Partido Republicano insisten en que el proyecto de Obama llevará a más rescates públicos y señalan que establece nuevas autoridades regulatorias que afectarán a las pequeñas empresas y bancos comunitarios. Bajo el controvertido Programa de Alivio para Activos en Problemas lanzado por el ex presidente George W. Bush, se estableció un fondo de 700.000 millones de dólares para ayudar a bancos y firmas del sector automotriz.
