Los venezolanos fueron ayer a las urnas en una jornada de absoluta normalidad para renovar totalmente la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) para el período 2011-16, en comicios que representaron un verdadero plebiscito sobre la gestión del presidente Hugo Chávez.
Tres horas y media después del cierre de las mesas, el Consejo Nacional Electoral (CNE), encargado de la organización de la compulsa, demoraba un primer boletín sobre el escrutinio y las dos fuerzas principales se mantenían cautas a la espera de los resultados, cerca de la medianoche argentina. La ansiedad era palpable, dado que está prohibida la difusión de encuestas a boca de urna y los únicos resultados válidos, aun para palpitar la tendencia, son los del CNE.
El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y su aliado Partido Comunista de Venezuela (PCV), por un lado, y la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) pugnaron por la mayoría de la Asamblea.
Los centros electorales cerraron oficialmente a las 18.00 hora local (19.30 de Argentina), aunque después de esa hora permanecieron abiertos varios colegios donde quedaban personas aguardando para votar.
Tras el cierre oficial candidatos y líderes políticos del oficialismo y de los partidos opositores empezaron a concentrarse en sus respectivos cuarteles a la espera de conocer si el presidente Hugo Chávez mantiene un respaldo mayoritario en la cámara o si se lo ha quitado la oposición.
Las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) pidieron a la ciudadanía esperar con calma y en paz los resultados de las elecciones en las que se augura hasta un 70 por ciento de participación, según proyecciones.
