Los cañones sónicos o antigranizo se utilizan para incidir en las tormentas, son dispositivos usados en la agricultura con objeto de prevenir la formación de tormentas de granizo que acaben dañando las cosechas y haga que las pérdidas sean muy altas. Los primeros cañones granífugos fueron inventados a finales del siglo XIX, por un vinicultor austríaco llamado Albert Singer, tras haber sufrido varias tormentas con granizo que le dejaron sin la cosecha esperada. Los cañones granífugos o antigranizo, son instrumentos considerables, que constan de dos partes, una cámara de combustión y otra con una salida cónica alargada que mide 6 metros de altura, y que termina en una apertura de 60 centímetros. Realiza disparos cada 5 o 6 segundos, las ondas generadas pueden llegar a cubrir hasta un kilómetro de diámetro alrededor del cañón. Se puede manejar de manera manual o remota, a través de radiocomunicación.

Su uso práctico tiene que ser quince minutos hasta media hora antes de que se inicie una tormenta, para evitar el granizo de grandes dimensiones y por ello la máquina lanzará ondas sonoras hacia las nubes. No es eficaz sobre el granizo ya formado, por eso su uso es previo y es necesario combinarlo con un radar. Funcionan a través de explosiones de gas acetileno y aire, provocando unas ondas de choque que se desplazan a la velocidad del sonido, chocando con las nubes y de esta manera intervienen en la cristalización del granizo, dando como resultado final un granizo de menor tamaño y más lluvia, evitando que se destruyan las cosechas.

Lo cierto es que los vecinos de fincas cercanas a donde usan este artefacto, sostienen que por momentos el ruido es insoportable y que causa daño sonoro sobre los animales de granja y domésticos, también atribuyen que este sistema evita las lluvias produciendo sequía, esto último es algo que no está probado científicamente. 

Productores rurales del sur bonaerense, La Pampa y Río Negro presentaron una acción colectiva de amparo ambiental ante la Corte Suprema de Justicia para que prohiba el uso de cañones antigranizo en áreas frutícolas, porque dicen que disipan las tormentas de lluvia, acentúan la sequía y perjudican las explotaciones agropecuarias.

El ingeniero agrónomo y meteorólogo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) del Alto Valle de Río Negro, Miguel Tassara, dijo que "no está probado científicamente” que el empleo de esos cañones "aleje las tormentas de lluvia, así como tampoco que destruya el granizo”, también señala que, "Este sistema se usa entre noviembre y marzo; el resto del año no, y sin embargo la sequía sigue igual: no está probado que aleje las tormentas de lluvia por lo que les pediría a los productores que se informen más sobre el tema”, recomendó.

Lo importante es que esta tecnología llegó a San Juan , ya ha levantado voces contra este "sistema de cañones+, y sería prudente que el Ministerio de la Producción, a cargo de Gustavo Fernández, aclare este tema ya que ante las las dudas es mejor una aclaración oficial a los agricultores sanjuaninos.