Saltan, trepan, andan a alta velocidad o le hacen frente a la corriente del río. Parecen tener pilas que contienen una carga interminable y, aunque siguen las normas de seguridad que les indican sus instructores, se mueven como si no le tuvieran miedo a nada. Se trata de niños de diversas edades que practican kayak, mountain bike, motocross y carrera aventura. A pesar de desarrollar estas actividades como un juego, sueñan con llegar a ser grandes en cada una de las disciplinas que practican. DIARIO DE CUYO cuenta sus historias, su empeño y su destreza en el Día del Niño, como un homenaje a todos los chicos que poseen esa energía interminable y las ganas y el ánimo de experimentar con todo lo que los rodea.
Nico Muñoz – Adrenalina a alta velocidad
Nico Muñoz sabe lo que es estar a varios metros del suelo mientras mantiene el equilibrio sentado sobre su moto. Hoy tiene 11 años, pero practica motocross desde los 7. Y tuvo que demostrar que realmente le gustaba y tenía habilidad para desarrollar ese deporte para que su padre le comprara una moto rápida, como la que usa actualmente.
"Mi papá corría en moto y yo lo veía. Un día me preguntó si quería practicar y probé. Primero me compró la moto de 50cc en la que empecé. Cuando vio que yo le ponía ganas me compró una mejor, que también es 50 pero KTM. En esa empecé a correr el campeonato cuyano y cuando empecé a ganar me compró la moto con la que ahora desde este año corro el Nacional, es una YZ85", cuenta Nicolás demostrando que él conoce la experiencia de esforzarse para avanzar y llegar al objetivo.
Corriendo pistas a 70 km/h promedio, el chico logró quedarse con un primer puesto en el campeonato cuyano. Y va en 4to lugar en el campeonato nacional. "Estoy a 2 puntos del 3ero", aclara el chico que demuestra su habilidad para correr en motocross en pistas de provincias como Córdoba, Mendoza, San Luis y La Rioja.
Mientras intercala sus prácticas en la pista con la escuela, Nicolás ya sueña con su futuro arriba de las ruedas. Dice que lo que más le gustaría sería competir en otros países para representar a la Argentina.
Guadalupe Paredes – A paso firme entre los cerros
Estar en contacto con la naturaleza es lo que más le gusta de practicar deportes aventura. Ella es Guadalupe Paredes que con 14 años ya lleva casi tres años relacionada con la adrenalina. Las carreras de aventura son su actividad favorita. Así entre el cerro, el Sol y la arena se entrena varias veces en la semana para poder avanzar día a día. Además de este deporte la chica, que heredó la pasión de su papá, también hace kayak.
"Me encanta subir el Tres Marías a pesar de que es súper cansador. A veces parece eterno pero cuando llegás es una sensación hermosa. Además mientras vas corriendo ves los paisajes de San Juan y eso te hace sentir muy bien’, dijo Guada.
En compañía de su papá entrena casi toda la semana en El Palomar, pero lo más divertido llega el sábado cuando cargan el agua, las frutas y todos los accesorios para empezar la aventura en el cerro. "Los días de semana a veces corro cerca de 8 kilómetros o me encargo de hacer entrenamiento de velocidad. Y cuando vamos al Tres Marías subimos cerca de 3 kilómetros", contó y aseguró que ya compitió varias veces. "Hace poco corrí el Desafío Salomon en una categoría más grande (mayores de 18). Me dejaron correr 4 kilómetros aunque yo quería correr la carrera completa. Pero lo bueno es que salí tercera", contó Guadalupe que aseguró que la alegría que le contagia el cerro y el agua en el caso del kayak son lo mejor que le pasó en la vida.
Locos por las bicis de montaña
Suben a las bicicletas como todo unos profesionales. Con el casco, la remera y la calza de entrenamiento, todos los sábados emprenden una nueva aventura en dos ruedas. Y a pesar de que los desafíos son cada vez más complicados, los niños aseguran que no temen tener que atravesar el río o descender el cerro Tres Marías a toda velocidad. Ellos son Lucas Sánchez (8), Agustín Toranzo (8) y Benjamín Aguilar (9), integrantes del equipo Del Sol Team que está compuesto por cerca de 15 niños que aprenden mountain bike.
"A mí me gusta hacer mountain bike porque me siento libre. Si no tengo que estar encerrado en mi casa. Además ando en bici desde que nací", dijo Agustín. Por su parte Benjamín contó que una de las cosas que más le gusta hacer es arrastrarse por el piso con la bici en sus hombros.
Con la bicicleta haciendo willy, Lucas aseguró que los descensos son la parte más linda del mountain bike. "Está muy bueno cuando son cerros bien empinados. Es re lindo hacer descenso", dijo. Mientras que sus dos amigos coincidieron a los gritos, que bajar de la montaña sobre la bici es una de la que más les gusta.
En otra aspecto que coincidieron es que los tres quieren llegar a competir en los Juegos Olímpicos y alcanzar a Gonzalo Tellechea. Es que aseguraron que el triatlonista sanjuanino es el ídolo máximo que tienen.
Ignacio Inglese – Desafiante del río
Su relación con el kayak empezó de casualidad. Acompañó a su papá (que también había ido de curioso) a ver un campeonato en el río San Juan, cerca del paredón. Ignacio Inglese, que tiene 12 años contó que la aventura y el desafío que significa moverse entre las piedras y atravesar el río de costado, es incomparable. Dijo que desde que empezó a practicar este deporte extremo su vida cambió.
Aseguró que es un apasionado de la naturaleza y dijo que no le teme al río. Y pesar de que hacer el roll (darse vuelta para no quedar con la cabeza bajo el agua), es lo que más le cuesta contó que es lo que más le gusta practicar. "Es que es un amante de los desafíos", aseguró su papá Sabino.
Ignacio practica este deporte desde hace 2 años y recuerda su primer kayak como si fuera ayer. Con los ojos iluminados trajo a la memoria ese momento. "Sentí una felicidad muy grande. Habíamos hecho el curso hacia unos días y ya sabía que era algo que quería seguir haciendo para siempre. Me encantó verlo por primera vez. Es que era mi kayak y antes usaba uno prestado", dijo.
A pesar de su timidez, no le costó contar alguna de sus anécdotas. "Me acuerdo de un día que el río me llevó. Yo remaba y remaba pero no podía avanzar contra el agua. El río me arrastraba y fueron los profesores a ayudarme", dijo con una sonrisa mientras que aseguró que esa fue la única vez que sintió algo de miedo.
