Cien años atrás, un histórico asesinato fue el puntapié inicial de la Primera Guerra Mundial, que transformó a Europa causando la muerte de más de diez millones de personas.

La ‘Gran Guerra’, que finalizó con una humillante derrota de Alemania, se desató un mes después de la muerte del heredero al trono del imperio austrohúngaro, el 28 de junio de 1914. Al mes siguiente, el imperio austrohúngaro le declaraba la guerra a Serbia, en aquellos años apoyada por la Rusia del zar Nicolás II.

El archiduque Fernando Francisco y su esposa Sofía fueron asesinados a balazos en Sarajevo, Serbia, por el estudiante serbobosnio Gavrilo Princip, miembro del grupo terrorista serbio ‘Mano Negra‘, que luchaba por la creación de la Gran Serbia, con el objetivo de liberarse de Austria.

El 23 de julio de 1914, Austria envió un ultimátum a Serbia, en el que insinuaba la complacencia serbia con el crimen de Sarajevo, ocurrido después de varios intentos fallidos por parte de otros integrantes del grupo. Austria pretendía que Serbia eliminara del ejército y de la administración a varios funcionarios anti austríacos. Serbia aceptó todas las condiciones pero se negó a permitir que la policía austríaca operara en Serbia. Esto no fue aceptado por Austria.

El 28 de julio, finalmente, el imperio austrohúngaro declaró la guerra a Serbia, iniciándose la Primera Guerra Mundial, aunque en aquellos años se la llamó la ‘Gran Guerra‘, porque hasta ese momento no había habido una contienda mundial.

El zar de Rusia, el país eslavo más importante, salió en apoyo del país eslavo agredido -Serbia-, declarando la guerra al imperio austrohúngaro. Este último contó con el apoyo del imperio alemán (la más poderosa de las potencias europeas). Del lado ruso estaban Francia, Italia, Gran Bretaña y EEUU.

A pesar de que todavía los soldados andaban a caballo, la guerra supuso un salto en la tecnología bélica, ya que se emplearon por primera vez armas químicas, aviones, submarinos, tanques y ametralladoras. El enfrentamiento se extendió a Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia.

Durante cuatro años se movilizaron más de 70 millones de hombres, de los cuales murieron unos diez millones, otros 21 millones resultaron heridos y 7,7 millones fueron dados por desaparecidos o cayeron prisioneros.

La guerra terminó el 11 de noviembre de 1918, tras la abdicación del emperador de Alemania, ocurrida dos días atrás. Alemania perdió sus colonias y debió reducir su ejército. Al desintegrarse el imperio austrohúngaro surgieron nuevas naciones como Checoslovaquia, Yugoslavia y Hungría.

Por estos días, el asesino del archiduque divide a los pueblos que conforman la actual Bosnia. Mientras en Sarajevo y en otras partes del ente musulmano-croata han eliminado cualquier rastro de su memoria al considerarle un terrorista, entre los serbios es concebido como un héroe luchador por la libertad. Ayer, lo homenajearon inaugurando un monumento en honor a su figura en el barrio serbio de Sarajevo. Fuente: Télam