�La energía eléctrica se obtiene de diversas formas, algunas por medios contaminantes y que se agotan como las centrales atómicas, de carbón o de gas; pero en las centrales hidráulicas el agua sólo fluye a través del dispositivo por el cual extraemos la energía y sigue su camino, son centrales no contaminantes, con un recurso que se renueva todos los años. En el caso de San Juan siempre fue eléctrica-dependiente, recurriendo a la Nación para que nos provea la electricidad que requieren los hogares, industrias y empresas. Con el auge que toman los emprendimientos mineros a partir del 2001 las necesidades de provisión de energía eléctrica aumentaron y si tenemos un río aprovechable en nuestro territorio en el cual podemos planificar una central de 30 MW y contribuir con ella a la provisión de las empresas mineras lograremos satisfacer una demanda.
Todo eso genera además un valor agregado. Los bienes requieren de la mano de obra del hombre, maquinaria para hacer el trabajo y la energía que es el motor, de modo que cada vez que se hace una central de este tipo que no condiciona para nada el uso posterior del agua, al contrario, se pueden multiplicar los usos de la misma. Con esta obra se puede tomar agua del Río de La Palca y derivar parte de esa agua a través del derivador, para la agricultura, antes de que se junte con el Río Blanco que contiene boro y otros metales pesados que hacen imposible su uso para la vida animal y el agro.
