Ellos sostuvieron hasta el último que no sabían que transportaban droga y que creían que sólo iban a buscar cigarrillos. La evidencia y los testimonios indican, en cambio, que lo que transportaban arriba de una de sus motos eran 47,110 kg de marihuana y que intentaban pasar esa droga a Chile a través de la cordillera calingastina. Justamente, esta última teoría es la que primó en el Tribunal Federal que ayer juzgó a esos dos ciudadanos chilenos y que, en un rápido debate, los condenó a 4 años y 6 meses de prisión por esa causa penal iniciada en enero pasado.
Al ingeniero eléctrico José Eusebio Núñez Plaza (37) y su amigo el técnico agropecuario Víctor Octavio Ampuro Tobar (31), ambos de la comuna chilena Las Cabras, no les fue tan mal con el veredicto de los jueces Carlos Parra, Juan Turcumán y Hugo Echegaray. El fiscal Francisco Maldonado había pedido 6 años de prisión y además una multa de 20 mil pesos por el contrabando de más de 40 cartones de cigarrillos. Por el contrario, el defensor oficial Mariano Galleta fue por la absolución y hasta buscó anular todo el proceso, argumentando que el procedimiento de secuestro y detención se había hecho de forma irregular.
Núñez Plaza y Ampuro Tobar son los dos motociclistas que fueron apresados el 11 de enero último en el paraje ‘Ternero Ahogado’, en plena cordillera de Calingasta. Una patrulla del personal de la Secretaría de Medio Ambiente los encontró en ese lugar después de que uno de ellos quedara varado en medio de un río. Esos mismos inspectores habían visto a los chilenos el día anterior en otro lugar y éstos les dijeron que andaban paseando. Sin embargo, esa mañana cuando los hallaron en el río uno de los extranjeros les confesó que llevaban droga, declaró uno de los empleados públicos. Esa supuesta autoincriminación obligó a los inspectores a llamar a Gendarmería. Horas más tarde, los gendarmes requisaron los bultos que llevaban Núñez Plaza y Ampuro Tobar en sus dos motos Honda enduro. Ahí les secuestraron 87 paquetes con marihuana, cartones de cigarrillos, dos GPS, dos handys y efectos personales. Días después, los dos chilenos declararon que no sabían que llevaban droga y que los habían contratado para llevar cigarrillos de Argentina a Chile.
