Y es la primera vez, según los registros médicos de todo San Juan, que dos casos de nacimiento de trillizos ocurren con sólo una semana de diferencia. Encima, aún permanecen internados juntos. Los seis bebés están en observación en la Terapia Neonatal del Sanatorio Argentino, gozan de buena salud (al igual que sus madres) y sólo esperan que cada uno llegue hasta unos 2 kilos de peso para poder darles el alta médica.

Con poco más de 8 meses y medio en el vientre materno, los primeros trillizos en nacer pesaron entre 1,4 y 1,8 kg. Según informó el director del sanatorio, Carlos Alberto Buteler, uno de ellos ya salió de la incubadora y pasó a una cuna, ya no necesitan respiradores y se encuentran en etapa asistencial y de engorde. Fueron consecuencia de un tratamiento de fertilización al que los padres acudieron. "Teníamos 5 por ciento de probabilidad de que fueran trillizos y nos enteramos de que eran tres en la primera ecografía", dijo Miguel Angel Blasco, el radiante papá.

El trabaja en el área de Comunicaciones y estudia Arquitectura. Eliana, su esposa, es arquitecta, y aseguró que no quiere dejar de trabajar. "Al principio pensamos contratar a alguien para que se quedara con ellos y nos ayude porque son muy chiquitos para una guardería", comentó Eliana, mientras que su marido agregaba sonriente que no sabía cómo iban a hacer para acomodarse en su pequeño departamento, que pasará de ser un ambiente tranquilo a uno superpoblado.

Los otros trillizos nacieron poco después de las 20 horas del viernes pasado. Tuvieron una gestación de 30 semanas (7 meses y medio), por lo que su pesaje también fue menor. Ana Paula fue la más chiquita y pesó 1,3 kg, Tomás la superó por 50 gramos y Ana Pilar por 100. Y todos están en incubadoras y con respiradores.

Su mamá, Mónica Alcaraz, aún adolorida contó ayer que ya se había levantado para ir a ver a sus hijos. Ella, que trabajaba en forma independiente y cuyo marido es policía, comentó que ya no iba a poder salir a trabajar porque tiene otros dos hijos (de 6 y de 8 años) también para atender y se le iba a complicar mucho la crianza al agrandarse tanto la familia con estos tres bebés recién nacidos.

Contenta pero preocupada comentó que aún no sabía cómo se iba a arreglar para mantener su crecida familia con un solo sueldo y que aún no tenía ni las cunas para los bebés. Ni siquiera tiene espacio suficiente para ellos porque vive en una pequeña casa de un barrio del IPV, en Chimbas. Mónica, a diferencia de Eliana, se embarazó normalmente pero la genética familiar tuvo su influencia y terminó con un embarazo múltiple. "En mi familia hay gemelos y mellizos por todos lados, pero no pensé que yo fuera a tener tres juntos", contó.

Ambas mamás tuvieron cesárea, como ocurre en todos los casos de partos múltiples. Eliana estuvo tres días internada y si bien ya puede estar en su casa, está todos los días en la terapia junto a su marido para ver a sus bebés. Eso gracias a que el sanatorio cuenta con una terapia abierta, que permite el ingreso de los padres de los bebés y tiene las comodidades para su estadía permanente en el lugar. Mónica aún está internada y, cuando le den el alta, también piensa instalarse en el sanatorio hasta que salgan sus bebés.