Parecía una intervención más de la Policía en auxilio de una persona herida, que había llamado para que le pidieran una ambulancia. Los primeros datos del hecho dejaban esa impresión, como la propia víctima tendida en el piso y las explicaciones que daba a los policías mientras arribaba la ayuda sanitaria. Todo normal, hasta que algo empezó a desencajar: cerca del herido, inmóvil por una fractura del peroné de su pierna izquierda, había una hidrolavadora que desentonaba con el resto de su relato.
Entonces el sujeto empezó a ser mirado de reojo y terminó preso cuando llamaron al dueño del lavadero frente al cual estaba tendido, y allí supieron que la hidrolavadora fue robada de ese lugar.
Acorralado por semejante cuadro probatorio al sospechoso, Gonzalo Ismael Valdez (28), se le hizo más complicado justificar cómo se había lastimado en esa vereda, y enseguida habría terminado por admitir que se había fracturado en un error de cálculo al descolgarse y saltar desde el portón del lavadero, dijeron en la Policía.
El hecho ocurrió alrededor de las 6 de ayer en un local de calle Cipolletti metros al Sur de Benavídez, en Rivadavia. Y a los mismos policías de la Comisaría 27ma. del barrio Aramburu (al mando del comisario Hugo Velárdez) les resultaba increíble que Valdez hubiera llamado a la Policía para pedir auxilio, en pleno robo.
