No fue un partido más. La derrota marcó un quiebre de los hinchas con varios integrantes del plantel de San Martín. El dolor por pasar del sueño de llegar a Primera a tener que pelear por no descender, encendió ayer la alarma en las tribunas. Jugadores, cuerpo técnico y dirigencia, fueron apuntados como los culpables de lo que los hinchas entiende como “un robo a la ilusión”.
Por cómo se iba dando el partido y ante la imposibilidad de igualarlo, el clima se fue caldeando. Fue tomado ebullición, para que la mecha se encendiera tras el segundo gol de Patronato. El tanto de César Carignano sacó el lado negativo de los hinchas. Mientras desde la popular Norte se escuchaba “Jugadores… haber si ponen huevos y van para adelante”, en la platea los insultos fueron una constante para el entrenador Azconzábal, al que hasta una botella le arrojaron.
Como el Vasco no contestaba ni gesticulaba ante el agravio, y con el partido abajo por 2-0, le empezaron a gritar frases como “estabamos peleando el ascenso y ahora nos vas a mandar al descenso”.
El clima era tenso, que se multiplicó tras el pésimo pase de Gastón Caprari para dejarle la contra a Patronato. Situación similar que anteriormente Iván Pérez había provocado. Eso fue el punto más alto, que fue de la mano con que el equipo no mostró argumentos para dar vuelta el partido. Entonces el “que se vayan todos, que no quede ni uno sólo”, retumbó en el Hilario Sánchez, en la tarde en la que el amor se terminó.
