Los operativos de tránsito para controlar la velocidad a la que circulan los vehículos mediante el sistema de radar ya no sólo se hacen durante los fines de semana. La Policía de la provincia intensificó los operativos y ahora salen casi todos los días de manera sorpresiva y se apuestan en las rutas más conflictivas por la cantidad de accidentes de tránsito que ocurren allí, como es el caso de la 20 y la 40. A este control no sólo lo están haciendo uniformados, sino que además hay efectivos de civil que se ubican en distintos puntos de la provincia. Dicen que por día hacen unas 30 infracciones por exceso de velocidad.
La utilización de radares para detectar a qué velocidad circula un vehículo no es nueva en la provincia, pero ahora están poniendo más énfasis en estos controles porque quieren bajar la cantidad de accidentes de tránsito. El resultado de estos operativos es alarmante, según fuentes policiales, ya que las actas de infracción labradas son consideradas muchas. Por ejemplo, ayer el control se hizo en ruta 40 entre calles 9 y 10 y de cada 10 vehículos que pasaban, 3 iban a 130 km/h, una cifra que supera el máximo establecido por ley, que en esa zona es 80 km/h. "Los conductores todavía no toman conciencia que hay que respetar la velocidad. Nos está costando mucho que entiendan, por eso decidimos aumentar los controles para ver si se asustan", dijo Abel Hernández, al frente de la Policía de Tránsito.
Cuando recién comenzaron a poner en práctica los radares en la provincia, en el 2007, los controles sólo se hacían los fines de semana, pero ahora el operativo es cualquier día y a cualquier hora. Además hay policías de civil para tomar desprevenidos a los conductores. Según los efectivos, es usual ver que el conductor comienza a bajar la velocidad ni bien divisa el móvil de la policía.
Según la Ley de Tránsito, la velocidad máxima permitida en zonas urbanas es de 40 km/h en calles y 60 en avenidas. Mientras que en zonas rurales, como rutas, es de 110, pero hay sitios donde la cartelería indica como máxima 80 km/h. Los radares sirven para tomar con precisión la velocidad a la que circula el vehículo, y pueden detectarla con 300 metros de anticipación. Y si bien el aparato no tiene la capacidad de registrar ni la marca ni la patente del vehículo, a nivel judicial es suficiente prueba para realizar una infracción y basta con la palabra del policía que registró la velocidad.
En estos operativos los efectivos que tiene el radar detectan la infracción y le comunica a otro equipo de policías, que está ubicado más adelante y que es el encargado de detener al conductor que conduce más rápido de lo que permite la ley.
La idea es seguir intensificando este tipo de control, por eso están esperando que lleguen más radares y más modernos de los que hay en la actualidad.
