La hipótesis de un posible envenenamiento se había instalado el mismo día en que cayeron los cuatro empleados a distintos centros de salud con problemas de intoxicación. Pero anoche el dato se confirmó con fuerza: la pericia química en la cafetera con restos de líquido analizada por personal de Salud Pública y un bioquímico de la Policía provincial, confirmaron que había restos de plaguicida granulado, una sustancia que hubiera resultado letal si la dosis colocada en esa bebida hubiera sido mayor, dijeron fuentes policiales. Anoche, el caso ya era investigado en la justicia federal. El dramático y peligroso atentado se conoció el martes, cuando una empleada se descompuso en la misma sucursal bancaria del Nación en avenida Rioja y Rivadavia. De inmediato fue trasladada al hospital Privado, pero más tarde también requirieron atención médica otros tres compañeros de esa mujer en el sector créditos del banco, quienes fueron internados en el hospital Español y el Marcial Quiroga, dijeron fuentes de la comisión interna del banco Nación. Esos mismos voceros aseguraron que los empleados (un hombre y tres mujeres) permanecieron internados entre unas horas y dos días, y que la próxima semana se reincorporarán a sus labores.
El mismo martes el gerente del banco prohibió el consumo del agua potable del tanque y la de los dispenser, y también se requirió la intervención de Bromatología de Salud Pública (más tarde participó un bioquímico de la Policía provincial) para analizar esa agua, los filtros y la cafetera que había sido usada por los empleados.
Entre las conjeturas iniciales pronto se descartó que el problema estuviera en el agua porque la intoxicación había sido muy puntual y no generalizada. Entonces las miradas apuntaron al café. Anoche, tras la confirmación de la presencia del veneno en la cafetera, el círculo de investigación pareció quedar más acotado hacia quienes pudieron preparar esa bebida o tuvieron acceso a la oficina donde trabajaban los empleados.
Poder determinar quién o quiénes pusieron plaguicida en el café (una misión para nada sencilla) será fundamental para descifrar un interrogante clave en la investigación: por qué intentaron envenenar a esos cuatro empleados.
