Buenos Aires, 28 de abril- Un gol de Gerard Piqué, a seis minutos para la conclusión, alimentó la esperanza del Barça de alcanzar su sueño y clasificarse para la final del Bernabeu, pero su tanto fue insuficiente frente a un ultradefensivo Inter de Milán (1-0), que jugó con uno menos desde el minuto 28 por la expulsión de Thiago Motta.
Piqué se revolvió en el área y batió a Julio César en el minuto 84. Fue una victoria estéril ante el Inter de Mourinho, un equipo que hizo su trabajo en la ida, que salió a defender desde el primer minuto y que aún tuvo más claro cómo iba a jugar cuando se quedó sin Motta.
El sueño de jugar la final de la ’Champions’ en el Bernabéu duró diez minutos, los que transcurrieron desde el tanto de Piqué hasta que el árbitro pitó el final. Antes, Bojan vio cómo le anularon un gol por manos previas de Touré Yayá.
Vividos partidos épicos a distancia, como el gol de la pasada temporada en las semifinales en Stamford Bridge o la goleada en el Bernabéu, los aficionados barcelonistas crearon la ambientación necesaria para llevar en volandas a los suyos, aunque a los locales hoy les faltó fútbol.
Necesitaba el Barça una remontada y en casa, pero no fue posible. En el recuerdo míticos partidos históricos ante el Anderlecht, el Göteborg o el Dinamo de Kiev.
A pesar de ello, al Barcelona no se le vio sobrexcitado, jugó con paciencia, buscando siempre la mejor solución, esperando alguna aparición de Leo Messi, pero, sobre todo, consciente de que no podía errar en el centro, para impedir las contras del rival.
Como en otros muchos encuentros, Guardiola sorprendió desde la alineación. No pudo recuperar a Eric Abidal, aún lesionado, pero no jugó con Maxwell de lateral zurdo, así que, como en la final de la ’Champions’ del año pasado, puso a Touré Yaya de central y Gabi Milito de central.
