Finalmente, tras meses de discusiones entre los bodegueros y viñateros y previas consultas con la Comisión Asesora Técnica, el INV decidió suspender para esta temporada la exigencia de las 500 unidades de color para los vinos que se comercializan con la denominación de "tinto".

Fue ayer, en una reunión en el INV a la que concurrieron todos los sectores que representan a la vitivinicultura. Al final, y tras intensas discusiones, se llegó a una decisión salomónica: Ni 500 ni 400, sino que el vino tinto tendrá 450 unidades de color, con una tolerancia tal que permita llegar a un mínimo de 400. El año que viene se volverá a discutir la conveniencia o no de mantener ese número. "Por consenso hemos priorizado el cuidado del mercado", aseguró su titular, Guillermo García, que destacó el acuerdo casi unánime al que se arribó entre la mayoría de los sectores vitivinícolas protagonistas representados en la Comisión Técnica, incluidos los viñateros de la Federación que conduce Héctor Yanzón. Según se supo luego, los gobernadores de Mendoza y San Juan estuvieron de acuerdo con el consenso logrado, según informaron fuentes del INV.

Luego del relevamiento que realizó el Instituto, analizando muestras y declaraciones juradas de los establecimientos, se llegó a la conclusión de que si bien "éste año hay muy buen color" -el promedio sobrepasa las 1.000 unidades para los tintos genéricos-, la industria se enfrenta hoy a un bajísimo stock de vinos tintos. García asegura que al 1ro junio de 2010 el stock va hacer "0" entre los tintos y de un equivalente a 4 meses de despachos para los blancos-

"En esta decisión, ha primado la cordura y el consenso, en el intento de cuidar los mercados de consumo", aseguró García.

El titular del INV señaló que "en el 2004 un exceso en los precios le hizo perder a la actividad unos 10 puntos del mercado que después fue muy difícil recuperar. Los técnicos aseguran que por cada punto que se pierde en el consumo, 3.000 hectáreas -unos 300 productores- salen del juego".