El incierto rumbo de la política minera en diferentes provincias argentinas es lo que frena a los inversores internacionales, según dijo ayer el especialista americano en recursos naturales y temas de inversión, Louis James. “¿Qué piensa el inversor internacional de la minería en Argentina y en San Juan?, un sentimiento que yo describo como amor y terror”, dijo James al explicar la dualidad que existe para la inversión minera: Por un lado, los inversores se sienten atraídos por la abundancia de recursos naturales que recién empiezan a explorarse y explotarse en este país. Por otro, la incertidumbre que despierta que algunos gobiernos prohiban la minería en sus territorios.

“El sentimiento es que los que están en Buenos Aires no están enamorados de la minería, pero es bueno que Argentina sea un país federalizado y cada provincia tenga sus normas propias”, explicó el editor y analista de Casey Research, empresa de servicios a revistas especializadas en recursos naturales y temas de inversión. “El mundo sabe que en Santa Cruz se puede hacer minería, que en San Juan se puede hacer minería, pero también hay temor de que cambien las reglas de juego como sucedió en Mendoza. Y eso espanta mucho. ¿Cómo va a saber el inversor de afuera que eso no va a ocurrir en San Juan?”, se preguntó el experto.