Las empresas multinacionales prefieren invertir en Brasil antes que en la Argentina, según un estudio de la consultora KPMG, basado en encuestas a los grandes grupos de inversión con miras en Latinoamérica.
El país vecino ofrece posibilidades ciertas para acceder al financiamiento, ya que el gobierno fomenta y facilita la llegada de los capitales extranjeros, en un marco jurídico respetado y un sistema impositivo flexible. Además toman en cuenta el importante volumen de reservas acumulado por Brasil (cerca de u$s 200.000 millones), la solidez de su sistema financiero, una inflación controlada y su protagonismo en el escenario económico mundial. Brasil está dentro de los cinco países con mayor atractivo para la inversión internacional, detrás de China, Estados Unidos, Rusia e India.
Este marco ideal lleva a las multinacionales a archivar sus planes para las filiales argentinas, las que sólo reciben inversiones destinadas a mantener el statu quo, pero sin nuevos proyectos o estrategias de expansión. La incertidumbre que genera la política argentina y el cambiante humor del Gobierno nacional, ponen una barrera al inversor.
Brasil, por el contrario, entre enero y junio recibió inversiones por u$s 7000 millones y el banco estatal Bndes aprobó créditos por u$s 26.000 millones a las multinacionales. En lo que va del año, el país vecino captó u$s 33.000 millones de grandes firmas mundiales.
Nuestro país, para ser competitivo y proyectarse como Brasil, necesita reglas claras y estables para ganar la confianza del inversor. Es una fórmula sencilla, pero sin sustento oficial.
