Buenos Aires, 16 de marzo.- Sin duda, las fuertes declaraciones de Marcelo Tinelli sobre la inseguridad en el ciclo “Intrusos en el espectáculo” afectaron la entraña política y la respuesta no tardó en llegar.

El último viernes, el contador del conductor recibió vía e-mail una comunicación oficial del ente recaudador donde se le pedía una urgente reunión entre ambas partes para los primeros días de esta semana.


En esa información, la AFIP le adelantaba al animador que el tono del pedido oficial tendría que ver con sus declaraciones juradas a partir del año 2002 hasta la fecha. Más allá del derecho de la ex DGI de revisar y controlar a los ciudadanos, al entorno de Tinelli le llama la atención que todo se haya producido a días de su toma de posición pública en torno al espinoso tema de la inseguridad.


“Nos matan y nadie hace nada”, fue una de las frases más fuertes que en su fuerte monólogo televisivo esgrimió Marcelo. Más allá de la sorpresa de la medida, en algunos medios ya se esperaba alguna reacción de este tipo sobre todo teniendo en cuenta la buena relación que siempre mantuvo el conductor tanto con el ex presidente Néstor Kirchner como con la actual Cistina Fernández.


En los pasillos de Balcarce 50 se lo consideraba como un amigo de la casa y en más de una ocasión aparecieron juntos en recordados momentos como en el lanzamiento de la nueva Radio del Plata cuando Tinelli se encargó de la genrencia y la inauguración de las obras del polideportivo en Bolívar, su ciudad natal.


Pero amigo no es aliado, parecería ser el nuevo mensaje del empresario a partir de sus fuertes declaraciones que hicieron mella entre la clase política nacional. Es más, algunas voces que hablaban en representación del oficialismo le habrían susurrado al oído de Tinelli la convivencia de no poner al aire el segmento “Gran Cuñado”, una parodia de Gran hermano que tendrá dentro de la casa a todos los políticos, desde Cristina a Aníbal Fernández, pasando por Néstor, Lilita Carrió y Mauricio Macri.


Ya en el 2001 ese mismo scketch le había traído dolores de cabeza cuando el entonces presidente Fernando de la Rúa lo había acusado de ayudar a su apresurada salida de la Casa Rosada.


Hasta el cierre de esta nota, Tinelli seguía convencido de resistir cualquier tipo de presión y el último viernes ya habría aprobado las catorce máscaras que desfilaran en “Gran cuñado” a partir de abril o mayo. Ahora llegó la AFIP. ¿Cómo seguirá la situación?