Tras la publicación de DIARIO DE CUYO que reveló que la fiesta clandestina de Rivadavia que terminó en crimen se realizó en la casa de una familia de policías, el propio Gobierno abrió una investigación interna en la Policía contra esos efectivos.

El personal de la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión de la Seguridad Pública ya constató que en ese domicilio viven al menos un policía retirado y otros suboficiales de la fuerza en actividad. Ahora tratan de establecer si violaron el régimen disciplinario policial y si cometieron algún delito al amparar una actividad ilícita o no denunciarla.

También podrían investigar a la comisaría de la zona u otra dependencia en caso de comprobar que existió una omisión o un encubrimiento para favorecer a esos policías, aseguró Mauricio Solano, titular de esa área.

El asesinato a puñaladas de Darío Torres (15) el domingo 7 de este mes a la salida de un fiesta clandestina en Villa San Rubén, Rivadavia, puso en la mira estos bailes en los que cobran entradas, concurren menores y venden alcohol.

DIARIO DE CUYO, en su edición del sábado, reveló ese dato y detalló que los 4 o 5 miembros de esa familia que son policías tienen domicilio (así consta en los padrones) en esa propiedad de calle Gendarme Argentino al 4452 de Villa San Rubén y al menos dos de ellos viven ahí.

El mismo sábado, cuando este diario reveló el dato de que la vivienda donde se realizó la fiesta pertenecía a policías, los investigadores realizaron un informe ambiental en el barrio y constataron que ahí viven dos efectivos y un retirado.