Y dicen los que ya vieron algunos adelantos en la web que la espera valió la pena. Nuevamente con Robert Downey Jr. a la cabeza, acompañado de un "starlist" de lujo (curvilíneas bellezas incluidas); y con música de AC/DC a la altura de las circunstancias, el jueves llega a Holiday Cinemas Iron Man 2, en estreno simultáneo en todo el país y -cosa curiosa- antes que vea la luz en Estados Unidos, su país de origen, donde estará en cartelera desde el 7 de mayo.
En síntesis, la historia -otra vez dirigida por Jon Favreau, basada en el comic de Stan Lee y con dos horas de duración- retoma el final de la anterior, con un Tony Stark desenmascarado. Ya todos saben que el multimillonario empresario norteamericano es Iron Man (algo de eso también se adelantó en Hulk), y su lucha tendrá como objetivo proteger los secretos de su armadura, de los que quiere apoderarse el Gobierno para compartirlos con el Ejército. Sometido a tamaña presión, sin embargo, la gran preocupación de Stark es que su tecnología se filtre y caiga en manos de los malos, con propósitos aún más malos todavía: su rival Justin Hammer (Sam Rockwell) quien, para destruirlo, pacta una alianza con el ex-convicto ruso Ivan Vanko, también conocido como Látigo Negro (Mickey Rourke, una de las incorporaciones más aclamadas) y la Viuda Negra (Scarlett Johansson, la otra gran novedad de la peli), una peligrosa y seductora agente rusa que pone a prueba a Iron Man. Ayudado por su fiel asistente Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) y James "Rhodey" Rhodes (Don Cheadle), Tony se enfrentará a las nuevas fuerzas. Y después de remarla bastante -como supone todo film de superhéroes- saldrá airoso, sí, aunque nada es definitivo, ni siquiera la victoria. Mucho menos con un Iron Man I que costó 140 millones de dólares y cuya recaudación de casi 600 millones (fue la segunda película más vista del 2008) alentó no sólo la creación de esta primera secuela, sino la de una trilogía en la que todos los protagonistas ya pusieron la firma.
