De los cuatro mosqueteros que, por obra y gracia del pelotón, definieron la carrera, el riocuartense José Luis Irusta (Asociación Mardan) era el que más chances tenía de ganar embalando. El joven ciclista de 25 años, que hace tres años está radicado en San Juan, tuvo siempre en claro que esta era la oportunidad de ganar por primera vez en San Juan y no dudó, primero para ponerle la cara al viento para consolidar una fuga decisiva a vuelta y media del final. Y después, para especular, tratando de refrescar sus piernas para la definición. Por eso, a la hora de embalar tuvo más resto que el juvenil Rodrigo Hausen (Municipalidad de Rawson), Lucas Lopardo (Sindicato Empleados Públicos) y Matías Recabarren (Full Time), quienes, en ese orden lo escoltaron para coronar el esfuerzo de 106 kilómetros del circuito Orlando Carrizo Luna.
El final fue, casi, un mano a mano entre los dos más veloces, Irusta y Hausen. Esa acción generó el fastidio del "Topito’ Recabarren, que le endilgó al ganador la "falta de códigos’ porque no "tiró’ en los metros finales. Este dilema es clásico en las carreras. Están los más fuertes, los que suelen llevar el peso de la escapada y los menos resistentes pero más veloces para definir. Dejando de lado leyes no escritas, el tema pasará, siempre por definir quien es el que corre con más inteligencia. Si el rodador que sabe que en su esfuerzo trae a rueda a un rival que lo puede complicar y no puede o intenta "colgarlo’. O el velocista que se esfuerza para no perder el tren y saca provecho de sus condiciones en el momento supremo.
Lo cierto es que, más allá de las disquicisiones, el Caucete se dio una carrera entretenida que tuvo durante los siete giros de extensión intentos de fuga. Hasta entrar en la sexta vuelta todo estaba parejo. Nadie dejaba ir a nadie. Hasta que se produjo una escapada de 16 hombres en las que la gente del SEP metió cuatro, Pocito uno sólo Clavero y el resto era repartido.
Faltando un giro y medio, aproximadamente, partieron los cuatro ciclistas que llegaron con media cuadra de diferencia con respecto al pelotón. Como Rawson, SEP y Mardan tenían hombres arriba, el peso de la persecución recayó sobre Pocito, que se reagrupó, pero poco pudo hacer. Los cuatro escapados mantuvieron un ritmo parejo. Al final, Irusta aceleró más que el resto y tuvo su bautismo triunfal.
