La tercera Copa Mundial de Fútbol se desarrolló en Francia, entre el 4 y el 19 de junio de 1938. El campeón fue el Seleccionado de Italia, tras imponerse a Hungría en la final por 4 a 2, siendo el primer país en lograr el bicampeonato, dado que llegaba a ese Mundial luego de haberse consagrado en su país cuatro años antes. Después de los dos primeros lugares, finalizaron Brasil (tercero) y Suecia (cuarto), dentro de un torneo en el que no se dio la aparición de grandes estrellas.

Este Campeonato tuvo la característica de ser el último acontecimiento deportivo previo a la Segunda Guerra Mundial, que marcó un antes y un después en los campeonatos ecuménicos de fútbol. Durante la realización de la Copa, muchos hechos presagiaron lo que viviría el mundo a partir del año siguiente. Por eso quedó marcado a fuego. Y fue inolvidable, dado que recién 12 años después (en el año 1950) volvería a disputarse un Mundial de fútbol.

Jules Rimet, creador del certamen, realizó todos los intentos para que su país natal organizara lo que pensaba podría ser el último Mundial, desplazando a La Argentina como país organizador.

Sesenta y nueve países pidieron su participación en el torneo. Sin embargo, los hechos bélicos que estaban asediando al mundo impidieron la participación de España (en medio de la Guerra Civil) y de China y Japón, enfrentados en la Segunda Guerra Sino-japonesa. Austria fue excluida debido al Anschluss (anexión con Alemania, que se presentaba como Alemania Nazi), mientras que el seleccionador germano fue repudiado a lo largo del torneo por el pueblo francés, debido a su saludo nazi.

Ante el cambio de sede a Francia en lugar de Argentina (contradiciendo lo convenido en un principio de realizar los campeonatos alternadamente en Europa y América), los representantes de La Argentina, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guayana Holandesa, México y Uruguay rehusaron participar del certamen. En cambio, Brasil no se asoció al boicot de los equipos americanos ya que tenían intenciones de organizar el Mundial de 1942 y participó ante el enojo de sus pares sudamericanos.