Tanta había sido la expectativa que despertó el curso de mecánica y sistemas de inyección en automotores, que hasta el municipio de Jáchal se ofreció a promocionarlo por los medios de comunicación locales. Con ese aval y la promesa de capacitación al alcance (sólo había que pagar 1.000 pesos fraccionados en cinco clases) más de uno se tentó, se inscribió y participó. Sin embargo no hubo más que una sola clase, porque desde el mismo municipio se encargaron de chequear si los pergaminos y avales que el cordobés decía poseer eran válidos, y en las primeras comunicaciones con otras provincias resultó que había mucho de falsedad en la versión de ese sujeto que también había dado los "cursos" en La Rioja, dijeron fuentes policiales y judiciales.

Y entonces pasó de dar clases a los calabozos de la Seccional 21ra. de Jáchal por orden del juez penal de la Segunda Circunscripción Judicial, Carlos Mateos. En total, se estima que hubo unas 120 víctimas que alcanzaron a pagar la primera cuota de 200 pesos al sospechoso, identificado como Jorge Lorenzatti (51 años).

Según voceros del caso, Lorenzatti aseguraba ser director del Instituto Superior de Mecánica de la provincia de Córdoba, cuyas siglas (CE CAP) no guardaban ninguna correspondencia con esa nominación. También argumentaba que tenía títulos y avales ministeriales universitarios de las provincias de Neuquén y Salta, dijeron las fuentes.

El asunto parecía serio y por eso el municipio promocionó el curso, que empezó a dictarse en un salón de PAMI. Sin embargo desde la misma municipalidad empezaron a investigar si el sospechoso era profesionalmente quien decía ser. Y así se toparon con las primeras sorpresas: desde Córdoba les dijeron que no tenían registrado ningún instituto con ese nombre y que, en consecuencia, Lorenzatti tampoco era directivo. Respuestas similares recibieron de organismos oficiales de Salta y Neuquén.

Con esas evidencias, pusieron la denuncia y enseguida el juez Mateos consideró que Lorenzatti debía quedar detenido pues si bien la estafa es excarcelable, era probable que pusiera en riesgo la investigación dándose a la fuga.

La detención del sospechoso fue acompañada del secuestro de los recibos que otorgó por los pagos que le hicieron; la incautación de unos 5.000 pesos y documentos, como los títulos que oficialmente no tendrían ningún respaldo, precisaron las fuentes.

El hecho trascendió ayer pero ocurrió el martes pasado. Y en los últimos días el detenido empezó a defenderse con la asistencia de un abogado riojano y aportó otros documentos para insistir en que no es ningún estafador. Sin embargo los investigadores creen que esos papeles son más de lo mismo.

En los próximos días el juez resolverá si procesa al sospechoso y, lo más importante para él, si queda o no detenido.