Jesús Alvarez, después de dos años de pasar las noches en la calle, a la intemperie o como usurpador, finalmente volvió a dormir sobre una cama con sábanas limpias. Ocurrió el último fin de semana cuando, después de que este diario publicara que usurpaba el ex edificio de Desarrollo Humano por no tener trabajo ni donde vivir, desde ese mismo ministerio se lo buscó para darle ayuda. Desde el sábado en la noche duerme en el Hogar Teresa de Calcuta y hasta que los profesionales evalúen su estado de salud y corroboren su condición social, habrá o no otro destino para Jesús.
Sin demoras ni resistencia, Jesús se subió a la movilidad oficial que lo trasladó hasta el Hogar Teresa de Calcuta. Con timidez ingresó a una de las habitaciones, saludando con un gesto a los demás ocupantes. Sólo se atrevió a hablar cuando le informaron que podía bañarse y cambiarse con ropa limpia, antes de ir a cenar. "No recuerdo cuándo fue la última vez que me senté a una mesa a comer -dijo este joven de 20 años que dice ser discriminado por ser ex convicto-. Pero de esta noche no me voy a olvidar más".
Así recordó el personal de este refugio la llegada de Jesús Alvarez el sábado por la noche, donde fue alojado por disposición del ministro de Desarrollo Humano, Daniel Molina. El funcionario contó que se enteró de este caso por DIARIO DE CUYO y que decidió intervenir de inmediato, fundamentalmente por tratarse de un joven. "Es lamentable que un chico viva en estas condiciones cuando puede tener una vida totalmente diferente -sostuvo Molina-. Llevarlo al hogar fue la primera medida, de ahí en más se evaluará cuáles son sus necesidades y requerimientos reales, y la posibilidad de darles respuesta".
Según el funcionario, los médicos revisarán a Jesús para conocer su estado de salud y si requiere tratamiento de rehabilitación para superar su adicción a las drogas. De ser así, se lo derivará al Proyecto Juan, o al Hogar San Benito si sólo necesita un tratamiento ambulante. También recibirá capacitación laboral, según sus aspiraciones y proyectos.
Jesús Alvarez dijo que está dispuesto a cambiar de vida y a trabajar para poder ayudar económicamente a su pequeña hija a la que, por vergüenza, no ve desde desde hace un par de años.
