�‘La imprudencia en las conexiones clandestinas o que están mal realizadas se mantiene en el tiempo a pesar de todas las desgracias y eso es responsabilidad de los adultos y los órganos contralores. Ya cuando se trata de una travesura infantil, como arrojar alambres a los cables del tendido eléctrico, probablemente no haya forma de evitar la tragedia salvo que alguien lo advierta a tiempo. Pero sí se puede trabajar en la prevención y en esto es clave el conocimiento y la información. 
Los padres en casa y los docentes en la escuela deben hablar y advertirle a los chicos sobre los riesgos de la electricidad. Hay que explicarles todo, incluso que si toman un alambre e intentan arrojarlo sobre los cables de media tensión ni siquiera es necesario el contacto para recibir un choque eléctrico. Es que ese alambre a 40 o 50 centímetros del cable ya genera un arco voltaico que produce una descarga. Mientras más se conozca de los riesgos de la electricidad, más posibilidades hay de evitar accidentes’.