�Voté a favor de los tres proyectos de ley (limitación a medidas cautelares, creación de tres cámaras de Casación y reforma del Consejo de la Magistratura) en la sesión de la Cámara de Diputados, en la que se advirtieron gestos que no me parecen buenos para la democracia. No fue una de las mejores experiencias lo que se vivió ayer en una jornada de unas 23 horas en las que se notaba algo de cansancio. Un diputado de la oposición arrojó una botella de agua. Ese nivel de violencia y de exacerbación no me parece bueno. De todas maneras, son situaciones que han pasado en varios parlamentos del mundo. La cuestión se puso más fuerte cuando comenzó una discusión reglamentaria sobre la votación del artículo 2 (que amplía el número de miembros en el Consejo de la Magistratura, de 13 a 19 integrantes). Por supuesto, el oficialista Agustín Rossi pidió disculpas (tras los cruces con la oposición). No hay que descartar que los opositores quieran darle alguna perspectiva de inconstitucionalidad a todo esto, pero no estoy en condiciones de opinar al respecto.
