El titular del Cuarto Juzgado de Instrucción, José Atenágoras Vega, (secretaría de Gladys Capdevila) procesó ayer con prisión preventiva a Ezequiel Ortíz (20 años, ex empleado de una avícola) por matar de por lo menos tres disparos y siete puntazos en el corazón a la ex pareja de su madre, Cristian Arredondo (30) a quien luego roció con nafta, le prendió fuego y lo enterró bajo unos parrales en una finca frente a La Marquesita, en Marquesado, Rivadavia, entre los días 2 y 3 de abril pasado, dijeron fuentes judiciales.

El magistrado también resolvió liberar por falta de pruebas (siguen ligados al caso) a un hermano del procesado, Juan José Ortiz, al padre (José Ortiz) y a la madre de ambos (Juana Barrinuevo), y a un amigo, Erwin Rafael Villegas. Todos estaban sospechados en principio de haber participado en el homicidio, igual que Clemente Barrionuevo (tío del homicida) quien de todos modos fue procesado por tenencia ilegal de arma de guerra: era suyo el revólver calibre 38 con el que Ezequiel ultimó a Arredondo.

El magistrado calificó el hecho como homicidio simple y así dio crédito a la confesión del joven, quien dijo que la noche del crimen sólo pretendía asustar a Arredondo con el arma y decirle que no los molestara más porque se iban a vivir a otra parte: Juana Barrionuevo fue pareja durante 11 años de Arredondo y ambos tuvieron una hija, pero la relación se complicó y empezaron las peleas y las acusaciones cruzadas de violencia y malos tratos.

Según el confeso homicida, esa noche discutió con Arredondo, quien le tiró un balde plástico y lo encaró con una navaja. Y entonces cerró los ojos y vació el tambor del revólver. Cuando la víctima estaba en el piso, le sacó la navaja y le dio siete puntazos que fracturaron tres costillas y perforaron el corazón. El cuerpo de Arredondo fue hallado por el dueño de una finca recién el 22 de abril.