Julio Fonseca sabe de travesías largas en su Iglesia natal y los cuidados. Por eso ayer, desde mucho antes de comenzar la Cabalgata, tomaba agua. Y lo hizo a la par de su nieta, Priscila (6), a la que constantemente convidaba de unas botellas. ‘Con los niños hay que tener más precaución y no hay que esperar a tener sed para hidratarse. Nosotros vamos bien abastecidos porque el recorrido se va a hacer largo hasta Caucete’, contó el hombre que integra la Agrupación Cumbres y Valles Iglesianos.
