San Juan.- Otra muerte sin razón, otra víctima que estaba en el lugar incorrecto. Esta vez le tocó a una jubilada caucetera que intentaba cerrar la ventana de su casa para resguardarse de la balacera entre sus vecinos. Años atrás, la provincia se conmovía con el asesinato del pequeño Kevin Borquez, de 9 años, y el de Uma Calvo, de 3 meses.
El 3 de mayo del 2011 Kevin intentaba alejarse de una pelea entre los vecinos de Villa Paula, en Chimbas, pero un balazo en la cabeza no lo dejó seguir. Después de eso todo fue conflicto: incendiaron las casas de los autores del hecho y las marchas se multiplicaron ante la injustificable pérdida.
Sin detenidos: Deolinda Elizabeth Godoy (28) y Gerardo Cayetano Riveros (29) fueron condenados a 15 años por el crimen del niño, pero quedaron libres cuando se venció el plazo de prisión preventiva y no pudieron ser re capturados.
El 3 de enero de 2014 una disputa entre bandas enfrentadas por la comercialización de drogas en el Barrio Huarpes, Pocito, se llevó la vida de Uma Calvo, de tres meses.
La pequeña estaba junto a su madre cuando unos 9 sujetos en 5 motos se pararon en la puerta y comenzaron a disparar a mansalva.
Multitudinario y conflictivo juicio: Los jueces de la Sala I de la Cámara Penal consideraron ayer que Sergio Reyes, sus hijos Rolando y Claudio Díaz, los medio hermanos Marcelo José ‘Veneno’ Páez y Jorge Barboza, Eduardo Roberto ‘Chupa’ Castillo y Juan Carlos ‘Carloncho’ Falcón, se pusieron de acuerdo para ir a la casa de su rival Neri Calvo en el barrio Huarpes, en Pocito, y mataron de un tiro a Uma, la beba de 3 meses hija de Calvo, actualmente preso por tentativa de homicidio e investigado a la vez por un crimen. A esos siete acusados, el tribunal lo condenó a reclusión perpetua.
