Según se informó desde Minas Argentinas SA (MASA, la operadora de Gualcamayo), la tarea de los brigadistas se inicia a partir de la confirmación de una emergencia por vía telefónica o por radio. El accionar del equipo puede resumirse en 10 pasos.

 

1- Confirmación radial de lo sucedido (dónde, qué pasó e involucrados). Esta información es clave para coordinar la respuesta.

 

2- De acuerdo al sector, se solicita el cierre de caminos y detención de todos los vehículos que estén circulando hasta nuevo aviso.

 

3- Se inicia el traslado hasta el lugar del incidente (jefe de emergencia en camioneta de brigada, guardia activa del cuartel en la autobomba).

 

4- Se solicita por radio la presencia a todos los brigadistas, que son llevados por los supervisores o se trasladan por sus propios medios.

 

5- Si en el sector ya hay algún brigadista en acción, se accede a una mejor información. De esta manera el grupo en camino se va preparando para la respuesta a brindar.

 

6- Al llegar al sitio se establecen las zonas seguras para estacionar la ambulancia y hacer un centro de mando que coordine las acciones a seguir. El servicio médico no ingresa al área de la emergencia por razones de seguridad; el aseguramiento de la misma como el rescate, estabilización e inmovilización de la o las víctimas es responsabilidad de la Brigada.

 

7- En paralelo con la intervención, se coordinan acciones como contención de derrames, preparación de los equipos para descontaminación, logística externa, comunicación al comité de crisis (si correspondiera), aseguramiento de los equipos y materiales necesarios, entre otros.

 

8- Una vez estabilizadas, inmovilizadas y descontaminadas las víctimas, estas son entregadas al servicio médico.

 

9- Terminada la situación, cuando las víctimas fueron evacuadas y la situación controlada, se comienza  con la remisión de escombros y la limpieza del equipo utilizado.

 

10- De regreso en el cuartel, se realiza una reunión donde se comenta y evalúa lo actuado, se ven los puntos a mejorar y se hace la “descarga” anímica de la emoción.