Expertos en higiene y seguridad, y en Riesgos de Trabajo garantizaron que la actividad minera es la que más ha reducido sus accidentes y enfermedades laborales, consideraron que sus riesgos son menores a las de otras industrias, y que los mismos están controlados. Ayer, al término de la jornada de inauguración del primer Simposio Nacional de Seguridad e Higiene en la Minería -actividad paralela a la Siminera- los especialistas fueron categóricos al responder sobre cómo se le puede garantizar la seguridad de la gran minería a la gente que tiene dudas sobre contaminación o accidentes causados por el sector. “Hay otras actividades que tienen mucho más riesgo y generan muchos más siniestros y enfermedades profesionales. Hay que preguntarse por qué nadie cuestiona a esas muchas más actividades”, dijo Marcelo Rodríguez, Gerente de Prevención, de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo de la Nación. Rodríguez agregó que los índices de siniestralidad de la minería “están en franca disminución, lo que quiere decir que los riesgos están controlados”. Y mencionó los resultados realizados por la Nación al respecto: Al 2007 el índice de siniestralidad de la actividad minera era del 146 % y bajó en el 2008 al 51,76%. Así ahora, dos actividades la superan en riesgo: La construcción y la agricultura causan mas accidentes y enfermedades que la minería. Y sólo la industria manufacturera y el comercio están por debajo del sector. No obstante, desde la Superintendencia recomendaron al sector no descuidar la seguridad, algo que han advertido que les pasa a las pymes cuando crecen. Por su lado, Miguel Cruz, Superintendente en prevención de riesgo de la empresa Barrick, agregó un dato de su propia experiencia: “Yo llevo 17 años en la actividad minera y en sitio, en el yacimiento, y puedo asegurar que la labor de prevención de riesgo la hace desde el gerente hasta el último de los obreros”, ejemplificó. “Honestamente, comparándonos con otras actividades, la minería no tiene más riesgos”, aseguró Cruz, quien atribuyó ese resultado al trabajo constante que hacen las empresas en la educación de su personal. “La educación es la base del proceso que permite generar una cultura de control y de gestión riesgos”, dijo.
