Omar Roldán recibió en la puerta de casa las últimas instrucciones de Nelly Chirino para cargar en su camión fletero los muebles que debía llevar hasta un comercio de la mujer en Rodeo, Iglesia, y enseguida enfiló por la vereda hacia el portón del fondo. Allí se topó con la empleada de confianza de Nelly, Elsa Rodríguez (58) quien accionó manualmente el portón eléctrico, que es metálico, corredizo y abre hacia un costado rodando por un riel. Cuando Elsa le dijo que podía entrar, Omar dio media vuelta hacia su camión pero se volvió en el acto al escuchar un fuerte grito. Lo que siguió, fue una de las escenas más estremecedoras de su vida, porque cuando asomó vio que el portón, descarrilado, caía lentamente sobre la hija menor de Nelly, de 3 años, y también sobre Elsa, que intentaba sacarla. Sin embargo, el tremendo peso y el fuerte golpe en una pierna de la pesada plancha metálica, lo arrojaron al piso y nada pudo hacer. Y así, de un rato para otro, el trámite del flete se convertía en una misión desesperada por sacar a la empleada y a la nena debajo de ese portón que había pasado de largo por una falla en el tope que suele frenarlo, dijeron fuentes policiales.
"Yo quise levantar el portón pero no pude y ahí me quiso ayudar un muchacho que pasaba pero ni entre los dos pudimos. Después llegó una mujer (empleada de una casa vecina) y entre ese muchacho y yo hicimos palanca con una escalera mientras ella sacaba a la nena, que lloraba. La verdad que de milagro no le pasó nada, pero cuando sacamos a la mujer ya no hablaba… Fue algo muy angustiante", dijo ayer Roldán.
La suerte para la hija de Nelly fue la propia Elsa, porque con su cuerpo (quedó boca arriba) había evitado que el peso del portón cayera sobre la niña, que quedó ubicada de tal forma al lado suyo que ni siquiera sufrió lesiones, precisaron fuentes de la Seccional 13ra. dirigida por el comisario Armando Galletti.
Todo pasó alrededor de las 13.30 de ayer en la casa de la esquina de Zonda y Balcarse, en el barrio Profesional, ubicado en el costado Este del hipermercado WalMart, en Rivadavia. Allí centraban su trabajo ayer los peritos de la Policía Científica para documentar, con fotos y planos, lo que saltaba a simple vista: una falla en el mecanismo que debía sujetar el portón corredizo.
A un costado, los familiares de la víctima y la familia Chirino se mezclaban en llantos desgarradores por la desgracia, pero también por el milagro de no haber tenido que lamentar una doble tragedia.
Ayer, algunos hijos de Elsa pidieron no hacer declaraciones. Pero otros familiares aseguraron que estaba casada, que era madre de seis hijos y vivía en el Lote Hogar 4, en Chimbas. También aclararon que llevaba muchos años de trabajo con la familia de Nelly (madre de dos chicos), quien lucía destruida por la terrible pérdida.
